Entre discriminación, 73 mil afromexicanos en 15 municipios de Michoacán
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MORELIA, Mich., 31 de agosto de 2023.- En Michoacán hay 73 mil 424 personas que, distribuidas en 15 municipios, se autoadscriben afrodescendientes o afromexicanas; muchas de estas personas son víctimas de racismo, discriminación y perviven en condiciones de pobreza, marginación, inseguridad y falta de acceso a derechos.
En el marco del Día Internacional de las Personas Afrodescendientes, que se conmemora este 31 de agosto, es pertinente hacer notar cómo viven actualmente quienes integran esta comunidad de origen africano, que radican en México consecuencia de la esclavitud de que hace seis siglos fueron víctimas sus generaciones anteriores, y de movimientos migratorios.
El último censo del INEGI reveló que en México dos millones 576 mil 213 personas se reconocen como afrodescendientes, quienes enfrentan discriminación y racismo en ámbitos laborales, escolares y sociales.
La invisibilización que sufren facilita la violación de sus derechos y libertades, y aumenta su vulnerabilidad, se fomenta la exclusión y la discriminación que viven para acceder a oportunidades
En entrevista con Quadratín, el historiador Roberto Hernández Gutiérrez, destacó que fue el censo del INEGI en 2020 el que, por primera vez, reveló el número aproximado de personas afromexicanas que radican en México, aunque investigaciones académicas ponen en evidencia que la cantidad podría ser mayor.
El académico de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, recordó que las poblaciones negras están en México desde el siglo 16, en que, consecuencia de la expansión virreinal de España en América llegaron forzados a trabajar en zonas agrícolas, mineras y en la construcción, y con el paso del tiempo se arraigaron en distintas zonas.
Guerrero es el estado con más afrodescendientes en México, le siguen el Estado de México, Veracruz, Oaxaca, Ciudad de México, Jalisco, Puebla, Guanajuato, Nuevo León, y Michoacán es el décimo estado con más afrodescendientes; donde menos hay es en estados como Nayarit, Colima y Zacatecas.
En Michoacán se tienen identificadas poblaciones afrodescendientes o afromexicanas en municipios como: Pátzcuaro, Tingüindín, Chavinda, Yurécuaro, Lázaro Cárdenas, La Huacana, Coalcomán, Jiquilpan, Coahuayana, Áporo, Nahuatzen, Tacámbaro, Tingambato, Gabriel Zamora y Nuevo Urecho, este último con el mayor índice de población.
A pregunta expresa, Roberto Hernández consideró que, aunque se ha perdido parte del patrimonio cultural de estos pueblos, consecuencia de la invisibilización sistemática de que han sido objeto, desde el no reconocer, no sólo la existencia de esta comunidad, sino la pluralidad y diversidad cultural al interior de ella misma.
Sin embargo, se conserva en elementos de la música regional de Tierra Caliente, donde se mantienen cantos agudos, versos y danzas de raigambre africana; además, la herencia gastronómica prevalece en algunas recetas de cocina, como el frito de cerdo y algunas preparaciones de arroz en regiones calentanas y la Costa.
El historiador mencionó que buena parte de la población michoacana ignora que en este estado hay personas afromexicanas, por lo que, ya sea porque los confunden con extranjeros o por un racismo acendrado, llegan a manifestar conductas de exclusión hacia estas comunidades.
En consecuencia, son víctimas de un racismo sistemático, herencia de dinámicas de clasificaciones de castas de la época virreinal, en que incluso se relegaba a los afrodescendientes hasta el último lugar de algún censo.
“Lo que las personas con quienes he platicado manifiestan, es que son víctimas de racismo, incluso en la forma en que se les habla, con términos como ´negro´, ´negrito´, o algunos apodos infantiles, hasta situaciones como ser bajados de camiones o taxis por confundirlos con personas extranjeras”, dijo.
De la invisibilización al reconocimiento constitucional en 2019
En México, los derechos de las poblaciones afrodescendientes o afromexicanas fueron reconocidos en la Constitución General de la República hasta 2019, en que la exigencia social llegó al Senado de la República, hasta convertirse en una realidad una vez avalada por la Cámara de Diputados y congresos estatales.
Así lo recordó este jueves la senadora Susana Harp Iturribarría, al participar en el foro Pasado y presente de la comunidad afromexicana en Michoacán, donde también hizo notar que la Cámara de Diputados tiene estancadas 49 iniciativas de reforma a leyes secundarias que ya fueron aprobadas en la Cámara Alta, y que pueden contribuir a la restitución de derechos que históricamente se han negado a las poblaciones afrodescendientes.
La senadora cuestionó cómo la discriminación se genera desde el aparato institucional, ejemplificó que en Michoacán la instancia responsable de atender a las personas afrodescendientes se llama “Comisión Estatal para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas”, por lo que sugirió que debería de completarse el nombre a “Comisión Estatal para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas y Afrodescendientes”.
En este contexto, la historiadora de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, Jeriel Vargas Ambriz, estudiosa de colonias con poblaciones afrodescendientes en Lázaro Cárdenas, hizo un recuento histórico de los movimientos migratorios que llevaron a arraigar a estos grupos en ese municipio.
En su exposición, compartió cómo habitantes afrodescendientes o afromexicanas han poblado la tenencia Las Guacamayas, donde la exclusión y la falta de oportunidades les ha orillado a establecerse en colonias irregulares, sin acceso a servicios públicos y ubicada en una zona de alto riesgo, o con altos índices de inseguridad.
Michoacán, en pañales para política a favor de personas afrodescendientes
En opinión del historiador Roberto Hernández, Michoacán “está en pañales” en la configuración de una política pública integral que garantice la inclusión y desarrollo de los pueblos afrodescendientes.
Sin embargo, consideró que el censo de autoadscripción fue un primer paso de suma relevancia para la visibilización, a lo que, a su parecer, también contribuirá la Nueva Escuela Mexicana, que incluye, nombra y hace visibles a las poblaciones afrodescendientes en los libros de texto educativos de niveles básicos, lo que contribuirá a remover estructuras culturales racistas.
Desde su punto de vista, los esfuerzos aislados no garantizan un cambio en beneficio de estas poblaciones, por lo que consideró indispensable la permanente coordinación interinstitucional, aunado al destino de presupuesto público y acciones concretas para garantizar pleno reconocimiento y derechos a las personas afrodescendientes.