En el Penal de Apatzingán, educación, salud e igualdad de condiciones
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MORELIA, Mich., 18 de junio de 2021.- Después de varios años de gestiones, la Coordinación del Sistema Penitenciario de Michoacán cumplió con los 142 requisitos impuestos por la Asociación Americana de Correccionales y hoy cuenta con el primer centro penitenciario certificado del Estado, de los mejores evaluados del país y quizás el único de Michoacán en el que algunas personas privadas de la libertad no gozan de privilegios.
En México hay 98 centros certificados, sólo alrededor del 10 por ciento son estatales y el resto federales, a través de la sección antinarcóticos de la Embajada Americana y la iniciativa Mérida.
Los 142 lineamientos se traducen en la práctica en acceso a justicia y actuaciones en apegos irrestricto a los derechos humanos.
Pero, ¿esto en qué beneficia a las personas privadas de la libertad?
La diferencia con los extintos centros preventivos y el J. Múgica es desde el acceso: no sólo está limpio a simple vista y hay protocolos que registran a los visitantes físicamente, ¡huele a limpio o a aromatizante!
El área médica cuenta con enfermeras, odontólogos, médicos y medicinas; áreas prehospitalarias, con camas y espacios adecuados para quienes llegan a experimentar crisis por su condición mental, para contener y garantizar atención especializada.
Porque si bien son personas que enfrentan un conflicto penal o están purgando sentencia, lo cierto es que la Carta Magna no señala un trato especial para quienes se encuentran en esta condición, es decir, sus derechos naturales, como el acceso a una alimentación suficiente y digna, no se le puede negar.
Pero sí se garantizan los derechos humanos, también la seguridad de quienes viven ahí no esta a negociación ni la dirección, esto quiere decir que no hay ni puede haber auto o cogobierno, esta función es exclusiva y estrictamente competencia de las autoridades penitenciarias.
Desde una pantalla que se asemeja al famoso show televisivo del Big Brother, dos guardias de seguridad vigilan las 24 horas del día las áreas comunes, espacios recreativos, de trabajo, capacitación y educación, poniendo particular atención al comportamiento de cada uno, para detectar así posibles actos de violencia.
Pero no es solo seguridad y salud…
Detrás de la acreditación también está el impulso a actividades del ámbito educativo, recreativas, las artes y capacitación para el trabajo.
Para quienes desean acceder a algún taller que le permita facilitar la reintegración a la sociedad existe la oferta educativa desde la primaria hasta la universidad; talleres de oficios impartidos por el Icatmi y las artes como danza, teatro y guitarra, por mencionar algunos.
En la biblioteca hay al menos 4 mil 200 libros listos para su consulta, con títulos que van desde el Código Nacional de Procedimientos Penales hasta el clásico mexicano Memín Pinguín.
Se nota que no es de la misma corriente de los centros preventivos ya desaparecidos, es de alta seguridad y además es nuevo. Cada espacio está barrido y trapeado. No hay ropa tendida en las cercas ni ventanas. Tampoco hay restaurantes, si algo impera es la igualdad de condiciones a todos los que ahí se encuentran, lo único que puede influir o no es la decisión de cambiar de actitud ante la realidad que se tiene enfrente, inscribirse a los talleres, superar las adicciones, acudir al psicólogo, recibir terapia de grupo o individual; participar de actividades religiosas y estudiar.