El riesgo de camuflar el autismo para evitar marginación y discriminación
CIUDAD DE MÉXICO, 14 de julio de 2024.- En 1943 el psiquiatra Leo Kanner sentó las bases del entendimiento del Trastorno del Espectro Autista (TEA), al diferenciarlo de otras condiciones como la esquizofrenia y desde entonces su estudio ha avanzado, aunque no en la misma medida su comprensión social.
“La sociedad sigue teniendo un concepto muy deteriorado de lo que es el autismo”, dijo a Infobae Emilio Gómez de la Concha, académico de la Real Academia de Medicina y Jefe del Servicio de Inmunología del Hospital Clínico de Madrid.
Señala un comunicado que si hace ocho décadas una persona con TEA era aquella que no tenía capacidad para hablar y para socializar (lo que le ubicaría como un caso extremo), ahora las cosas han cambiado.
“Solo se conocía el uno por ciento, ahora hemos tomado conciencia de un 50 por ciento del espectro”, comentó.
Infradiagnóstico y personas fuera de la vista
Actualmente el autismo se clasifica en tres grados de acuerdo con las características que presente cada persona y la dependencia que tengan de alguien más, aunque investigaciones recientes apuntan a que el TEA abarca un espectro mucho mayor.
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