El mal de amor también se celebra: el 29 de julio es su día internacional
MORELIA, Mich., 29 de julio de 2024.- Sin conocerse el origen exacto, desde hace unos 10 años, ya en tiempos de las redes sociales, se señaló al 29 de julio como el Día Internacional del Mal de Amores, un día para celebrar -si acaso cabe la palabra- todas las sensaciones que vienen por sufrir justamente el mal de amor. Salimos a preguntarle a las personas, cómo se curan de este mal.
Para Marta, este día es su cumpleaños, se toma fotografías para el Facebook, dice. Cuenta que le ha ido mal en el amor, y para remediar esta de sazón, cuenta, tiene que esperar a que pase la situación, "es una cosa que se siente triste, se siente feo, porque uno espera todo de una persona y viceversa, pero cuando a uno le toca una situación, así pues, tiene uno que apechugar, ver cómo ya no estar conviviendo con esa persona, simplemente ya no se dieron las cosas".
Lo que queda, dice, es resignarse y echarle ganas, no cerrarse y no decir que nadie más llegará a la vida de uno, "pero ahora sí que dejar que lleguen las cosas solitas", indica Marta, quien asegura no cree en esa teoría de que un clavo saca otro clavo, "es un pretexto para andar con otra persona equivocada".
Azalea se inclina por acudir a terapia cuando hay mal de amor. Dice a Quadratín que primero se hace un proceso reflexivo de lo que llevó a ese punto, "creo que cuando pasas por un proceso que tú no puedes asimilarlo de forma natural, si necesitas la ayuda y es cuando decides ir a terapia, yo creo que la terapia es básica", expresa.
"No se debe uno dejar caer, la vida continúa", expresa Hilda. Ella se la pasa viajando, trata de salir más de divertirse cuando está pasando por una situación así, "trato de no encerrarme en la rutina y estar sufriendo un mal de amores, no, de eso, nadie se muere", expone.
Ulises expresa que si empieza a padecer de mal de amor simplemente "agarra el pedo", se ríe y lo reitera con relación a echarse unos tragos.
"Ponte a llorar, nada más, es todo", aconseja Víctor, ya que el llanto es terapéutico, lo mismo que la risa. Completa la idea aconsejando a las personas que sigan adelante. Su acompañante, Berta, también opina que llorar ayuda y lo que sigue es darle la vuelta a la situación.
Cristóbal señala que al final de cuentas hay que darle vuelta a la página y fortalecer el amor propio antes que todo. Y como son cosas que duelen también hay que llorar, "hay que salir adelante de una u otra forma, no te puedes encerrar en lo mismo". Esa idea de que el tiempo es sabio, es verdadera asegura Cristóbal, "como dice el dicho: es bueno tropezar con la piedra aunque sea una sola vez, porque si ya son dos veces es por gusto".