El alcoholismo, punta del iceberg de otras enfermedades
CIUDAD DE MÉXICO, 18 de diciembre de 2022.- El alcoholismo es la punta del iceberg de otros trastornos y de conductas asociadas a otras sustancias adictivas pero socialmente aceptadas, como el café, los refrescos —sobre todo los de cola— y el pan.
Señala un comunicado que el alcoholismo, dice la doctora Gisel Cano Arrieta, es uno de los trastornos de la conducta del beber. Puede ser leve, moderado o severo, dependiendo del tiempo e intensidad del consumo, y puede estar asociado a otro tipo de conductas o enfermedades.
Si la adicción a sustancias va a asociada a uno o más trastornos psiquiátricos, como ansiedad, depresión o trastornos de la personalidad, se llama patología dual.
Una patología dual, agrega la académica de la Facultad de Medicina de la UNAM, requiere un tratamiento multidisciplinario: alcoholismo y ansiedad o depresión se deben tratar a la par, con un psiquiatra especializado en adicciones, apoyado en un psicoterapeuta cognitivo conductual, o en un grupo de autoayuda como Alcohólicos Anónimos (AA). Eso ayudará a que el paciente se mantenga en abstinencia total.
Dipsomanía en jóvenes
El alcoholismo y la dipsomanía —aclara Cano Arrieta— son trastornos de la conducta de beber. El alcoholismo es una enfermedad que, dependiendo de su evolución, afecta las áreas familiar, laboral y social. Quien lo padece puede olvidar como regresó a casa o conducir intoxicado sin pensar en las consecuencias.
El dipsómano (del griego dípsa ‘sed’ y manía ‘manía’) es una persona con un alto deseo de consumir alcohol, pero que aún no tiene todas las características de un alcohólico. Puede pasar semanas e incluso meses sin beber alcohol.
Si alguno de los padres fue alcohólico, un hijo tiene “seis veces más el riesgo” de padecer alcoholismo. Dicho riesgo se incrementa si además tuvo una experiencia temprana —digamos a los 12 años— con el alcohol.
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