Don Ramón mantiene vivo el oficio de bolero en el corazón de Morelia
MORELIA, Mich., 21 de enero de 2023.- En la esquina de las calles Allende y Abasolo, sobre la plaza de Armas, se encuentra desde hace 10 años Ramón Gutiérrez Cortés, listo para asear y dejar como nuevos los zapatos de los transeúntes.
Una labor noble y muy necesaria, a la que Ramón Gutiérrez llegó "por accidente", luego de sufrir un percance que le alejó del que había sido por décadas su oficio, la albañilería.
"Trabajaba como albañil, cuando inició una serie de eventos que me trajeron hasta acá; primero, me atropelló un taxi y me tuvieron que poner una placa en el pie. Luego, falleció el ingeniero con el que yo laboraba y, finalmente, murió la mamá de mis hijos, así que tuve que buscar opciones para generar ingresos", refirió.
![](https://www.quadratin.com.mx/www/wp-content/uploads/2023/01/Don-Ramon-mantiene-vivo-el-oficio-de-bolero-en-el-corazon-de-Morelia-2-1-1024x576.jpeg)
Gutiérrez Cortés explicó que "yo no sabía hacer otra cosa que albañilería", pero una familiar le recordó que su padre había trabajado como aseador de calzado, una actividad que podría retomar.
"Presenté mi solicitud, mi papá había pasado 20 años como bolero, y afortunadamente me dieron el espacio, de hecho, el mismo que tenía mi papá", detalló.
Relató que el trabajo puede ser arduo y no siempre suficientemente remunerado, "hay veces en que me va más o menos y veces en que no me va bien, pero tengo que adaptarme".
No obstante, tras los meses de confinamiento obligatorio por la pandemia de Covid 19, que llevaron incluso al cierre de las plazas públicas, la economía del sector empieza a recuperarse.
"Nos vimos en una situación muy difícil durante la pandemia de Covid 19, cerraron la plaza de Armas y a veces tenía uno o dos trabajos, a veces no había nada, y apenas empezamos a recuperarnos", precisó Ramón Gutiérrez.
![](https://www.quadratin.com.mx/www/wp-content/uploads/2023/01/Don-Ramon-mantiene-vivo-el-oficio-de-bolero-en-el-corazon-de-Morelia-5-1-1024x576.jpeg)
Es difícil estimar una media de clientes por día, porque "este negocio es como los abarrotes, en partes hay, en partes no".
El día a día en la plaza de Armas no está exento de anécdotas interesantes, aunque Gutiérrez Cortés recuerda más la ocasión en que un cliente procedente de Nueva Italia salvó su día.
"Estaba desesperado porque tenía que hacer un pago, y una persona de Nueva Italia trajo 15 pares de zapatos, por los que pagó más de lo que yo entonces cobraba, justo cuando lo necesitaba, y es que el de allá arriba no nos deja solos", mencionó.