Diego y el largo camino hacia su libertad...
MORELIA, Mich., 30 de mayo de 2018.- Durante un mes las redes sociales en Uruapan tenían un solo tema. Usuarios compartían imágenes del joven y replicaban la cuenta bancaria para recibir las donaciones. Sus amigos hacían pequeñas colectas en la calle y su familia no dejaba de pedir ayuda. El reto: juntar cerca de un millón y medio de pesos para que Diego pudiera salir libre. El plazo se amplió 15 días más a partir de este miércoles 30 de mayo. La cifra aún no se alcanza, pero la esperanza y la gratitud de su madre es inconmensurable.
Entrevistada vía telefónica por Quadratín, Yolanda Quintero relató las vicisitudes de sus hijos en China, pues lo que parecía una experiencia que les abriría nuevas puertas de aprendizaje, de un día para otro se convirtió en una película de terror, en donde la zozobra ha sido el atenuante a partir de que en noviembre de 2017 fueron aprehendidos por las autoridades el país asiático, debido a que supuestamente agredieron a un vigilante.
La historia que recogen los medios coincide en que Diego, de 19 años de edad y su hermano Alejandro, de 25 años, arribaron a China contratados por Zhirui Hudong International para impartir clases de inglés. Sin ningún antecedente violento, pero sí con una trayectoria de excelencia académica y deportiva, ambos jóvenes comenzaron su aventura en aquel lejano país.
Meses después de su llegada, en abril de 2017, tuvieron un altercado con un adulto mayor encargado del acceso al lugar en donde ellos dormían. La discusión llegó a los forcejeos y hasta esa noche, parecía que el tema quedaría ahí, sin embargo, al día siguiente ambos jóvenes y uno más originario de Chile, fueron detenidos por la agresión.
Por falta de pruebas, obtuvieron su libertad pero la pesadilla aún no terminaba para Diego. En noviembre de ese mismo año, la justicia de China lo retuvo nuevamente, ahora debido a que el señor tenía problemas de salud y exigía que el joven uruapense cumpliera una condena en la cárcel.
Tras varias gestiones de su familia en Michoacán y su hermano, quien no se ha separado un solo momento de Diego, se logró que la juez fijara una fianza de 500 mil yunes, que equivale a cerca de un millón y medio de pesos para que pudiera obtener el perdón de los ofendidos y saliera libre.
El plazo para juntar esa millonaria cantidad fue de un mes.
Este miércoles se cumplió el último día, pero la buena noticia es que la juez otorgó una prórroga 15 días. Los esfuerzos de muchas personas hasta el momento han permitido juntar poco más de la mitad de lo que exigen el señor en China para concluir este viacrucis que podría alargarse hasta ocho años más si hace efectiva la sentencia.
“Tengo casi un año que no he hablado con mi hijo… no sé cómo está ni qué necesita… Yo agradezco el apoyo de los miles de uruapenses que nos apoyaron. Esto demuestra su gran corazón y nosotros no perdemos la esperanza de que salga libre… Mi hijo es un buen muchacho. Sus amigos, su familia, sus maestros, todos estamos consternados… Yo agradezco todo, todo, el apoyo de la gente. Con la mano de Dios, nos lo vamos a traer”.
Con esa misma fe, Yolanda Quintero pide que las aportaciones no cesen, pues aún falta mucho por recorrer para que Diego regrese a casa y esté con los suyos. La tarea es seguir en las calles, en las redes sociales y en los medios para lograr esta meta que hace un mes parecía lejana y que ahora se ve alcanzable.