Desaparición y secuestro, pérdidas que requieren terapia: Tanatóloga
MORELIA, Mich., 2 de enero de 2024.- La desaparición de un ser querido es un duelo complicado, externó María Blanca Gómez, tanatóloga y presidenta de la Asociación Michoacana de Apoyo Tanatológico, con respecto a uno de los fenómenos que más lesionan a las familias y que es parte de nuestra realidad en México.
De por sí la pérdida de un hijo es un duelo complicado, expuso la especialista, porque se dice que es antinatural ya que esperan que se vayan antes los padres que los hijos; "la pérdida de un hijo es un duelo complicado, significa que va a haber más dolor y que se va a tardar más tiempo en la recuperación".
Si se ve -por otro lado- como los desaparecidos o los secuestrados, indicó, se convierte también en un duelo complicado porque no se sabe si están vivos o están muertos, "no sabemos qué está pasando y qué les pasa a ellos".
Este tema resulta ser de mucha complejidad, es tema impresionante, aseveró la tanatóloga, porque no secuestran nada más a esa persona que se llevan, secuestran a la familia, a la familia extensa pero también secuestran a la sociedad.
"Todos estamos secuestrados cuando alguien está desaparecido, y a veces llegar a pensar que va a ser por años, el poderme convencer de que no va a regresar nunca, es un duelo que a veces se tarda tanto en procesar, y en elaborar, porque hay que hacer trabajos para elaborar, ese es uno de los principales trabajos; 'me está pasando esto, tengo miedo de aquello, no sé si está vivo o está muerto', y esto cada vez toca más cerca", indicó.
Todos estos duelos complicados son sujetos de terapia, lo que se diferencia entre terapia y acompañamiento es: todos los duelos complicados necesitan terapia, todos los duelos naturales necesitan acompañamiento.
En el caso de las mujeres buscadoras de sus desaparecidos, es terrible, porque primero dudan si está vivo o está muerto su familiar, muchas veces su hijo, y después.. "una muerte sin cuerpo, sin fosa, no hay un lugar. Necesitamos como humanos un espacio, un lugar, un nombre en donde yo pueda ir a llorar y darme cuenta que ahí reposan sus restos".
"Cuando no hay un cuerpo, es tan doloroso, con los desaparecidos o en fosas comunes, las mamás buscando algo de sus hijos que recuperar para poder darles un lugar santo, un lugar sacralizado, un lugar donde llorar, básicamente", refirió.
En general, las agrupaciones de mujeres buscadoras de desaparecidos también acuden a los tanatólogos, o quienes están padeciendo un feminicidio, "me ha tocado trabajar con personas así, con familias completas con las que tenemos que ayudar a soltar tanto resentimiento, tanta rabia, tanto coraje, porque no pueden seguir viviendo así y se quedan atrapados ahí", indicó.
Manifestó que por lo general las instituciones son las que empiezan a buscar psicólogos, después empiezan a buscar tanatólogos, que sería la especialidad en estos temas.