Demuestran morelianos nulo respeto a las normas de tránsito
MORELIA, Mich., 16 de octubre de 2023.- Algunos aseguran que de nada sirvió el distribuidor vial de salida a Salamanca; alegan que se pone saturado desde el Pípila hasta el túnel, y así es, pero se debe al nulo respeto a las normas de tránsito por parte de los usuarios automovilistas: ¡hasta en sentido contrario se meten!
La recomendación recurrente de las autoridades de tránsito es que salgan con tiempo de su casa, pero no, los hábitos no cambian con una simple recomendación y se observa en las prácticas de movilidad local en vialidades como Morelos Norte y el río Grande, también en la avenida Guadalupe Victoria, Guillermo Prieto y la avenida Michoacán.
En un recorrido hecho por Quadratín se pudo constatar que cada quién da vuelta como se le viene en gana, derecha, a la izquierda y hasta en sentido contrario.
Sólo por ganar un poco de tiempo para sus actividades, los automovilistas dejan a decenas varados, porque tienen que esperar hasta que cruce el infractor para poder avanzar, si no les gana el semáforo.
Y sí hay por donde dar vuelta, hay retornos, sobre río Grande, pero lo que no hay es tiempo y voluntad para no ser estorbo de otros.
Algunos aprovechan las calles de la colonia Dr. Miguel Silva y Granjas del Maestro para cruzar de forma indiscriminada, con vueltas prohibidas, incluidos colectivos como la ruta Negra, así como suburbanos.
Pero no es solo dar vueltas prohibidas: los camiones llamados pistachos, que comunican a los fraccionamientos de Tarímbaro con Morelia y rutas que llevan a Cuitzeo y Álvaro Obregón saturan la movilidad, al hacer base a un costado de la gasolinera o con aparatosas paradas al salir de la gasolinera, pues cierran el paso a los automovilistas.
Por último, pero no menos importante atender, las filas en las estaciones de gasolina —que parece no fueron consideradas en la planeación de la móvil urbana—.
En la lateral derecha de la salida a Salamanca, una estación de gasolina que vende algunos centavos más económica que en otros lados, impide el libre tránsito; provoca un cuello de botella porque la estación es solo de dos máquinas. Lo mismo que sucede en Guillermo Prieto y el río Grande.