Dan Tratado de invisibilidad con abuso a quienes limpian lugares públicos

MORELIA, Mich., 4 de octubre de 2024.- Tratado de invisibilidad es una película dirigida por Luciana Kaplan que documenta la vida de tres mujeres, Rosalba, Maribel y Claudia, que como miles, se dedican a la limpieza de espacios públicos, mujeres que son poco notadas por el resto de las personas. Ese manto de invisibilidad ayuda a que se violen sus derechos laborales.
Esta película forma parte de la Sección de Documental Mexicano que estará en competencia durante la edición 22 del Festival Internacional de Cine de Morelia que va a realizarse del 18 al 27 de octubre.
En entrevista con Quadratín, la directora de cine Luciana Kaplan, manifestó que todo se originó a través de una plática que tuvo en el Centro de Capacitación Cinematográfica (CCC), de una manera muy casual, reconoció. Ahí, una colega le contaba sobre la situación de las mujeres que limpiaban la escuela quiénes también vivían las situaciones de abuso que se reflejan en la película.
Poco a poco se dio cuenta que no era solamente las trabajadoras de esta escuela, que eran subcontratadas, sino que se daba en todos los trabajadores de limpia en todo el país, sobre todo en Ciudad de México, donde también están subcontratados y viven estas situaciones de abuso, lo cual parece una cosa indignante.
Además de lo ya invisible que resulta el trabajo para estas personas, expresó la realizadora, tampoco hay series ni documentales o películas que reflejen el sentir de este gremio de trabajadores, bajo este contexto que fue que surgió la película Tratado de invisibilidad.

El trabajo de filmación incluyó días y noches, y esto duró por poco más de tres años, porque este proyecto además se le cruzó la pandemia lo que lo hizo más complicado, le llevó aproximadamente unos tres años y medio tener la película completa, explicó a Quadratín la directora.
Para llevar a cabo la película se tuvo qué hacer una serie de visitas a distintos lugares durante la pandemia, expresó Luciana, "les pedía su número de teléfono, les contaba lo que estaba haciendo, y obviamente todas me contaban cosas horribles, y todas medias escondidas del supervisor que no me dejaba hablar con ellas, y todas estaban aterradas de que las corriera".
Una vez con el teléfono de las trabajadoras, la directora les habló desde su casa, y ahí les hizo una entrevista con mensajes de audio, "tuve un montón de entrevistas, las escribí y pues hice como todo un documento con el cual tenía ya una base para conocer qué es lo que estaba pasando", indicó.
Así revisó y seleccionó los casos que más le interesaban, empezó a invitarlas a grabar en un foro, y ahí fue escogiendo los a las trabajadoras más interesantes, además de elegir distintos perfiles, por ejemplo a una que trabajara en las calles, otra en el aeropuerto, y otra en el metro. Fue un proceso muy largo, reconoció.