Cerrajero, un oficio que se abre paso en la modernidad
MORELIA, Mich., 8 de abril de 2018.- Entre los oficios que persisten en la ciudad, pese el paso del tiempo y las innovaciones tecnológicas, está el de cerrajero: las personas requieren quién les ayude a ingresar sus domicilios cuando han perdido la llave, requieren la colocación de nuevas cerraduras o la reparación de éstas, o necesitan duplicados de llaves de casas, coches, negocios u oficinas.
Es la experiencia de Eugenio Martínez, quien suma 25 años ejerciendo el oficio en la Cerrajería Martínez, a un costado del mercado Independencia, donde todos los días pone a la disposición de la población sus conocimientos y habilidades para solucionar sus problemas con chapas y cerraduras.
“Yo inicié este negocio, al principio trabajaba con mi papá, ahora me ayuda mi compadre, porque tengo dos hijas que están estudiando, así que nosotros seguimos con la cerrajería”, explicó Eugenio Martínez.
Un negocio que sobrevive a la modernidad
Para algunos, un cerrajero es aquel que elabora duplicados de sus llaves, pero la labor es más que eso y, como en muchos oficios, precisa de actualización sobre las nuevas tecnologías que en seguridad de bienes muebles e inmuebles se implementan, para mantenerse vigentes.
“Tengo que ir a cursos para actualizarme y aprender sobre el funcionamiento de las cerraduras que salen al mercado”, reiteró Eugenio Martínez.
En un día de escasez puede tener hasta dos servicios, mientras que en un día bueno, cuatro o cinco, desde un duplicado sencillo, con costo de 12 pesos, hasta la instalación de una cerradura de seguridad, porque ésta cuesta mil 300 pesos y tiene un mecanismo complejo para su adecuada colocación, con lo que con la mano de obra el precio puede superar los mil 500 pesos.
Aseguró que su oficio tiene una buena demanda, siempre hay quien debe abrir una casa o un carro, poner una cerradura o hacer un duplicado.
Sin embargo, insistió en que es imprescindible mantenerse actualizado: “mucha gente se queda atrás y no se actualiza, con lo que dejan de tener trabajo, porque la gente te pide un servicio y no puedes hacerlo, entonces deja de ir, así escomo creo que algunos compañeros dejan de trabajar”.
Seguridad en el oficio
No ha debido enfrentar peticiones para abrir una casa o un automóvil hechas por personas que no son los legítimos propietarios, si bien Eugenio Martínez señaló que toma medidas para evitar participar, en el ejercicio de su trabajo en un ilícito.
“Cuando me piden que abra un carro, les pido a nombre de quién está, luego que me muestren los papeles y si coincide, todo bien, pero si no se vuelve a cerrar el coche; igual con una casa, la persona que nos pide el servicio nos debe mostrar una credencial de elector donde esté la dirección del sitio que quiere que abramos, sin eso no se hace”, expresó.
Recordó que con anterioridad había una unión de cerrajeros que, entre sus funciones, tenía repartir formatos para que los clientes que pidieran servicios de potencial riesgo los llenasen con sus datos, para así respaldar al cerrajero en caso de alguna incidencia; hoy, la unión se desintegró, pero la práctica preventiva persiste.
Un cerrajero encerrado
Una anécdota, alguna vivencia curiosa o graciosa que haya tenido en su trabajo como cerrajero, solicitamos a Eugenio Martínez, quien comentó que en un servicio para instalar una cerradura, su compañero se quedó atrapado en la vivienda que atendía.
“Mi compañero se quedó encerrado, ponía una cerradura y sin querer cerró la puerta y no pudo abrirla, así que debió llamarme para que fuera a ayudarlo; es chusco porque se supone que es un cerrajero, pero no pudo abrir la puerta de la casa donde estaba”, relató.