Católicos, entre el sacrificio de Cuaresma y la carestía de los mariscos
MORELIA, Mich., 16 de febrero de 2024.- Entre los sacrificios establecidos por la Cuaresma y la carestía de los mariscos, perviven habitantes de la capital michoacana, entre quienes, algunos confiesan que los mariscos están muy caros como para dejar de comer carne, como manda el sacrificio ortodoxo de la de católica.
“Yo soy católico, apostólico y romántico. Cuando la gente no tiene…, si usted quiere ir a comer mariscos le sacan un ojo, está carísimo; yo, que voy a misa, hasta los padres dicen que sí se puede comer carne, porque ellos mismos ven la carestía”, comentó Valdemar Álvarez González.

Sandra confesó que ella no participa de lleno en la Cuaresma, aunque procura tener una conducta correcta con base en su buen juicio y el sentido común, evitar el mal, además, comentó que la economía familiar es precaria al grado de que los mariscos llegan a considerarse un lujo, de modo que, si alcanza para poner carne roja en la mesa, eso come.
Lucero comentó que durante la Cuaresma ella y su familia se abstienen de comer carne, como un sacrificio que se hace durante unos días al año, como signo de su devoción al sacrificio que hizo Jesucristo al entregar su carne para salvar a la Humanidad.

“Lo acostumbran a uno a no comer carne el día Viernes Santo; es católica una y debe de respetar; es decisión de cada quién; una está acostumbrada y otras personas a otra cosa; lo que sí creo es que lo más importante es no pecar, hacer lo bueno”, opinó Lorena González.
En contraste, Ma. Guadalupe consideró que esta tradición católica está equivocada, pues señaló que la Biblia dice que “debemos andar en el espíritu y no en la carne”, pero no se refiere a que se debe de comer carne, sino a que se deje de vivir en el pecado.

“Yo sí me abstengo de comer carne en Cuaresma, es una costumbre que nos han heredado nuestros abuelos y padres, debemos de respetar, es un periodo de reflexión, el significado de no comer carne”, comentó Jorge García.
Inculcado en las vertientes más ortodoxas de la fe católica, la abstención de comer carne es un sacrificio que se remonta a los primeros siglos del cristianismo, y que significa la emulación del sacrificio de Jesucristo al entregar su carne por la Humanidad, y el ayuno de las necesidades del mundo terrenal en ponderación de la vida espiritual.

