Aún hay matrimonio infantil por usos y costumbres en Michoacán
MORELIA, Mich., 13 de mayo de 2023.- En algunas comunidades indígenas de Michoacán prevalece el matrimonio infantil, práctica en que uno de los miembros de la pareja es adulto, generalmente el varón, mientras que la otra suele ser una niña o adolescente; también son matrimonios que se realizan entre dos menores de edad, por decisión de los tutores de éstos.
En entrevista con Quadratín, que se centró en el tema del embarazo adolescente, el director del Consejo Estatal de Población (Coespo), Apolinar Josafat Mendoza, mencionó que el matrimonio infantil es todavía una práctica común en algunas comunidades, como parte de sus usos y costumbres.
"Hay matrimonios infantiles por usos y costumbres; lo que se ha detectado en algunas comunidades es que desde muy temprana edad casan a los niños o adolescentes, es lo que se ha detectado", comentó el director del Coespo.
Aunque Josafat Mendoza no precisó cuáles son las comunidades de Michoacán donde se ha detectado matrimonio infantil, sí refirió que las localidades que anualmente reportan un alto índice de embarazos de adolescentes son: Paracho, Cherán, Nahuátzen y Chilchota.
"No tenemos el dato de en qué municipios hemos detectado matrimonios infantiles, pero, de que hay una previsión del Consejo Nacional de Población, lo hay. Inclusive, ellos nos han mandado información para erradicar este problema sociodemográfico", comentó.
Ante la situación, Josafat Mendoza mencionó que se implementan diversas acciones en materia de educación sexual, entre las que se contemplan campañas de información en lengua purépecha, con la finalidad de erradicar el embarazo adolescente.
Josafat Mendoza precisó que desde 2020 Michoacán sigue siendo el quinto estado en México con más embarazos de niñas y adolescentes de entre 11 y 18 años; aunque se ha logrado erradicar el embarazo en niñas menores de 10 años, en 2023 se han reportado dos embarazos de niñas de 11 años de edad.
Criterios internacionales en materia de sistemas normativos Indígenas establecen que los límites a los usos y costumbres son los derechos humanos, que deben ser ponderados independientemente de cualquier contexto cultural.