Apuesta diputada por la conservación de patrimonio cultural de Michoacán
MORELIA, Mich., 3 de julio de 2019.- Con el propósito de garantizar el derecho humano relativo a la salvaguarda, protección, conservación y restauración del Patrimonio Cultural del Estado, así como generar las condiciones para la promoción, fortalecimiento, identificación, catalogación, investigación y difusión del mismo, la diputada Adriana Gabriela Ceballos presentó una propuesta de Ley del Patrimonio Cultural.
El proyecto de ley establece que el Patrimonio Cultural está constituido por elementos y manifestaciones materiales e inmateriales de la actividad humana y del entorno natural, a los que los habitantes de la entidad, por su significado y valor, les atribuyen importancia intelectual, científica, tecnológica, histórica, natural, literaria, artística, arqueológica, antropológica, paleontológica, etnológica, arquitectónica, industrial y urbana.
Establece que quedarían excluidos del régimen de esa ley, los bienes propiedad de la Nación y los vestigios o restos fósiles, monumentos arqueológicos, artísticos e históricos, cuya conservación sea de interés nacional.
En su exposición de motivos la legisladora del Partido Acción Nacional consideró indispensable una gestión correcta del potencial de desarrollo del patrimonio cultural el cual exige un enfoque que haga hincapié en la sostenibilidad que a su vez requiere encontrar el adecuado equilibrio entre sacar provecho del patrimonio cultural hoy y preservar su “riqueza frágil” para las generaciones futuras.
Resaltó la factibilidad de tener una Ley estatal, independientemente de lo que se establezca a nivel nacional e internacional, que haga realidad la combinación acertada de patrimonio cultural y desarrollo sostenible, al requerir no sólo la protección frente a las condiciones ambientales adversas y el daño intencionado, sino también cuidados constantes y renovación permanente.
En ese sentido dijo que se ha de entender el patrimonio de tal manera que las memorias colectivas del pasado y las prácticas tradicionales, con sus funciones sociales y culturales, sean continuamente revisadas y actualizadas en el presente, para que cada sociedad pueda relacionarlos con los problemas actuales y mantener su sentido, su significado y su funcionamiento en el futuro.
“Todo enfoque que mire sólo al pasado correrá el riesgo de convertir el patrimonio en una entidad rígida y congelada