Alejandra Salazar, una joven con el flamenco en la venas
MORELIA, Mich., 29 de abril de 2019. - Con 25 años de edad y 15 años de experiencia, Alejandra Salazar dirige uno de los pocos espacios que hay en México donde se enseña verdadero flamenco.
Su pasión por el flamenco comenzó a muy corta edad, a sus 3 años y medio, ya aprendía sus primeros movimientos, a reconocer los cambios, los palos y el taconeo; a comunicarse con el cantaor.
"Mi historia es diferente a la de muchas del bailarinas alrededor de la República porque flamenco no tiene una formación específica, profesional, es una forma autodidacta de aprenderlo, de disfrutarlo. Yo comencé con danza española a los 3 años y medio y entre los 13 y 14 flamenco", comentó la joven bailaora, que además es abogada.
Al no haber modo de graduarse en una academia, porque no las hay, Alejandra Salazar tomó algunos cursos en España, convivió con otros bailaores conoció y reconoció la vida flamenca, las connotaciones e historia de esta disciplina dancística.
"Mucha gente piensa que el flamenco es música grabada ¡Pero no! Es un estilo de vida porque no hace para crear movimientos entre familias, amigos y después el flamenco es que se va compartiendo al mundo; el flamenco conlleva una estructura con guitarra y un cante, con códigos… que te lleva a mover emociones", explicó.
Para sorpresa de muchos, esa famosa canción de Gipsy Kings "El toro enamorado de la luna" ¡No es flamenco! Es aflamencada y nada más, por lo que si te quieres volver una bailaora profesional y te ponen esta canción en tu academia, puede que te estén timando.
El flamenco es más que una canción, es un grupo de personas que se comunican entre sí. Es una manifestación real de la forma de convivencia entre los andaluces.
Las bailaoras "manejamos estructuras, conocemos la entrada y salida; llamadas para el cante, cuánto dura una letra, cómo hacer un remate y sus tipos; los palos y la historia de lo que vas a bailar, el transfondo que tiene la historia, los tristes y alegres, porque eso también te conlleva sentír, conectarte sentimentalmente, con tus vivencias" fueron las palabras de la bailaora apasionada por esta manifestación de la cultura ibérica.
Esta joven bailaora ha enseñado desde que aun era una niña, en la academia que su tía llevaba, alimentando su amor por la disciplina, sin embargo reconoce que de haber llevado su pasión por la danza al ambito académico habría estudiado ballet.
Sin embargo, no eso no la detiene, Alejandra es una bailaora que forma a otras aspirantes, mujeres de todas las edades, niñas, adolescentes, jovenes y hasta de la tercera edad. Entre ellas Victoria, una pequeña apasionada por la danza, que con cinco años de estudiantes ya ha logrado subir al entablado y hacer su primera interpretación en una noche flamenca.