A los carboneros también se les cayó el negocio con la pandemia
MORELIA, Mich., 12 de febrero de 2021.- Emilio se dedica a vender carbón desde 1981. A sus 68 años, sabe que este negocio está cerca de su fin, y la pandemia no ayuda; de vender 300 pesos diarios ahora está entre 100 y 150; "ya queremos caducar, esto no da para las tortillas, ya cualquier rato…", dice a Quadratín.
Cuenta que tiene unos dos o tres clientes, son entregas seguras y con eso se mantienen él y su esposa, porque sus hijos ya abandonaron el nido; unos se fueron para el Norte y otros viven por su cuenta; "ya nomás estamos mi mujer y yo, y ahí sacando para comer, con eso tenemos", expone.
Emilio señala que el carbón lo utilizan algunos restaurantes, pero también en las carnes asadas; "es la que junta a la gente, la carne asada es la preferida para ahorita, para la juventud, es lo que más se antoja", asegura, y dice que si cierran los restaurantes por completo, ahora con la pandemia, "entonces nos quitaremos de a de veras, son los que nos hacen vivir, ya aquí no más estamos porque, con los años que tenemos, ya no es fácil estar viviendo".
El kilo de carbón lo vende a 12 pesos, señala; "así me la llevo, porque yo ya no tengo mucho a quién mantener; ya nosotros hicimos lo que pudimos, ya que hagan otros lo que les toca", expone algo resignado.
Señala que ahora no hay mucha demanda de carbón, "ahorita no, porque con este cuento que traen ahí, pues la gente ni sale. Anteriormente la gente vendía elotes por ahí en las esquinas, y ahorita yo creo que ya ni venden, porque ya casi no vienen, y esto se está acabando y se va a acabar".
La competencia no está con otras carbonerías, sino en las tiendas de supermercado y en las de conveniencia; "ya venden en los mercados, ya venden en los super y todo eso también nos está quitando lo que se vendía en una carbonería, porque aquí es una carbonería, si tú me compras un carbón te vendo un carbón, si me compras un kilo, el mismo, aquí te vendo, lo que tú necesites, y en un súper te venden una bolsa, ya las tienen preparadas".
Emilio cuenta que el oficio lo aprendió de su papá; "yo soy de campo, todavía digo que soy porque todavía para acá no me he venido", dice, porque él es de San Bernabé, cerca de la tenencia de Tiristarán, en el municipio de Morelia.
Relata a Quadratín que su papá tenía el oficio de carbonero; "a veces se iba al Norte; ahí nos abandonaba, ahí nos quedábamos, chiquillos, pero luego venía y se iba a echar carbón, nosotros nos le pegábamos (…) veíamos cómo hacía los hornitos, y ahí nos quedamos en eso, yo sembraba, era campesino, y luego nos íbamos a echar carbón y enseguida nos íbamos a sembrar, así era la vida de nosotros", expone el hombre, que aún mantiene ese oficio de carbonero hasta que el tiempo y las circunstancias se lo permitan.