Se dejó querer Peña en Apatzingán
APATZINGÁN, Mich., 18 de agosto de 2015.- El presidente tuvo la intención de acallar rumores sobre su salud.
Al menos así se vio,
Se le vio entero, vigoroso, firme.
Salvo por las canas de las sienes entintadas, producto del desgaste del ejercicio de poder, se apreció entero.
Sus detractores ya lo "desahuciaron", en vida...y políticamente.
Dio un salto del tapanco, donde se encontraba rindiendo honores al Lábaro Patrio, junto a parte de de su gabinete y el gobernador, Salvador Jara Guerrero.
Ágil, se dirigió al respetable.
Saludó, abrazo y se dejo querer.
Atrás, corriendo, Jara Guerrero.
Vino a inaugurar el hospital regional Bicentenario de la Constitución, el quinto de siete compromisos ofrecido a los michoacanos en materia de salud.
Apenas el domingo, Peña Nieto encabezó el maratón de Molino del Rey.
Las redes sociales lo proyectaron demacrado, ojeroso. Mal.
Hoy no fue así.
Encabezó el acto. Defendió el proyecto de reformas estructurales.
"Las reformas estructurales están cambiado la vida de millones de mexicanos. Están poniendo orden y fortaleciendo el Estado de Derecho", dijo ante unos mil asistentes al evento.
Bajo una temperatura de unos 36 grados centígrados, el titular del ejecutivo federal destacó, de manera especial, la reforma educativa, que garantizará, ahora sí, educación de calidad para millones de niños mexicanos e insertarse en la vidas productiva del país, pese a las resistencias mostradas por el ala radical del magisterio en esta entidad.
Peña Nieto también defendió los logros en materia de política social, especialmente en referente de la Cruzada Nacional Contra el Hambre.
Afirmó que de los 7 millones de pobres con limitantes alimentarias, durante los últimos tres años se ha logrado reducirlos en un 57 por ciento. A la par, fueron incrustados en el sistema de salud nacional, a través del aseguró Popular.
Aquí, en la cuna del otrohora cartel hegemónico de los Caballeros Templarios, el titular del ejecutivo federal aceptó que esta zona, estigmatizada por la violencia, hoy tiene un nuevo rostro.
Pese a ello, la zona aún es inestable. Es botín y disputa de grupos armados, civiles todos ellos.
Ya pesa la advertencia Hipólito Mora de que la federación haga su trabajo e impedir "más ríos de sangre".
Es la segunda budista presidencial en menos de un año a este municipio, señalado como eje y motor, antaño, del crimen organizado.
El presidente, ataviado en un pantalón negro de gabardina y una camisa a cuadros rojos y negros, de algodón, reconoció a aquellos héroes anónimos, los que sostienen la política alimentaria en los comedores comunitarios.
70 mil, para ser exactos.
En el regreso, el presidente va, nuevamente al publico.
Agradece la recepción. Habla de la calidez humana de la gente de esta zona.
En el torbellino humano, los celulares y las selfies, se le inquiere:
¿Señor presidente, la llagada de Manlio Fabio abre la carrera por la candidatura presidencial..?
Sólo sonríe. Insiste en agradecer la hospitalidad terracalenteña.
"Muchas gracias por recibirme", decía a las mujeres, que se colgaban del cuello, le jalaban el brazo, lo mayoriteaban, ante un Estado Mayor Presidencial tolerante.
En la salida, un grito: "salude al presidente municipal electo".
Peña Nieto le observa y le dice: "eres el alcalde electo".
-Sí-, responde, sin titubear, César Chávez, el priísta acusado por la oposición de ganar por su presunto origen templario. Vaya cosa.
Una selfie.
La última de la gira.