No hay elementos para ofrecer disculpa pública al PRD: PRI
MORELIA, Mich., 27 de junio de 2013.- El dirigente estatal del PRI, Osvaldo Fernández consideró que no existen elementos para ofrecer una disculpa pública al PRD por el tema de la deuda pública que heredó la administración que encabezó Leonel Godoy al gobierno del priísta Fausto Vallejo.
El jerarca del tricolor consideró que es infundada la postura del PRD, al exigir al gobierno del estado una disculpa, debido a que existen indicios de que se cometieron irregularidades en el manejo de los recursos públicos durante la administración del perredista Leonel Godoy.
“Es un problema de ellos; el PRD trata de tapar un pozo manejando cifras… independientemente de esto se deben hacer responsables de los hechos y de los delitos que se pudieron haber cometido”, enfatizó.
En conferencia de prensa, el priísta reviró la postura de su par perredista Víctor Báez al señalar que deben ser las autoridades de fiscalización y de procuración de Justicia, las que dictaminen si existen responsabilidades contra los ex funcionarios.
En este sentido, Osvaldo Fernández consideró que la postura del PRD se emite un año cuatro meses después de que dejaron la gubernatura lo cual desestima su solicitud en virtud de que ya se han dado avances en el pago a los acreedores y se han solventado los compromisos monetarios que adquirió el anterior gobierno perredista.
“No damos nombres pero los responsables de la deuda deben ser castigados”, recalcó el priísta.
En este sentido, dijo que el manejo de las finanzas públicas en la anterior administración incurrió en irregularidades administrativas las cuales, abundó, derivaron en ilícitos porque fue ilegal y opaca la aplicación del presupuesto que manejó la administración que fue encabezada por un gobernador perredista.
“Existen instancias a las que les corresponde hacer las investigaciones, nosotros pedimos que derivado de las revisiones y de la actuación de la Contraloría se debe sancionar conforme a la ley a quienes cometieron ilícitos”, insistió como una manera de desestimar la petición de disculpa pública solicitada por el PRD para resarcir su imagen.