La Revolución no favoreció a la CNTE
MORELIA, Mich., 20 de noviembre de 2015.- Los amagos velados, las amenazas por boicotear el desfile y los actos cívicos conmemorativos al 105 Aniversario de la Revolución Mexicana, no fructificaron: la CNTE lo pensó dos veces.
Salvo el débil intento de tratar de penetrar los contingentes participantes de la parada cívica, un pequeño grupo de centistas fueron bloqueados por el Grupo de Operaciones Especiales.
Fue en las esquinas de Sor Juan Inés de la Cruz y Madero, a la altura de las Tarascas, donde los maestros, armados con pancartas de repudio a la Reforma Educativa y contra el gobierno Silvanista, intentaron colarse a la marcha.
Nada más osado para tratar de arrebatar, también, un festejo que es patrimonio de los ciudadanos.
Y ya estaban advertidos.
Desde el viernes, el gobernador anunció en Casa de Gobierno el arribo de más fuerzas federales para apaciguar los escenarios previos a la aplicación del examen de evaluación: los escenarios del caos, el desorden y la anarquía magisterial.
Este día era clave: sin los centistas "reventaban" los festejos, las evaluaciones caerían como naipes.
Nada de eso.
El desfile inicio, concluyó en pleno orden.
El reporte fue el clásico "sin novedad".
2 mil 336 participantes, 46 contingentes y miles de morelianos cerraban los festejos revolucionarios, pese s ser día laborable.
El evento fue relevado. Hoy la crisis económica del ayuntamiento también fue evidente, no hubo adornos alusivos a los esfuerzos de Villa, Zapata, Madero, Pino Suárez, Carranza, decenas más de líderes. Pero sobre todo in memorian de los cerca de 900 mil anónimos, entre revolucionarios y soldados, que quedaron en los campos de batalla durante casi una década de guerra civil que concluyó con el constituyente de 1917, aunque algunos historiadores sitúen su pleno conclusión hacia la década de los 40s del siglo pasado con el arribo del cardenismo al poder.
Aún así, los festejos iniciaron con el iza miento de bandera a las 8 de la mañana en la plaza Morelos.
Más tarde, el traslado fue hacia el Obelisco de Lázaro Cárdenas.
Ahí, el alcalde capitalino, Alfonso Martínez Alcázar convocaba al respeto a las instituciones, de la legalidad y del Estado de Derecho.
Más aún, asentaba que los ciudadanos tienen los gobiernos que se merecen.
Algo muy ha doc las circunstancias actuales del Estado.
El preludio del desfile fue el abanderamiento de escoltas, donde la titular de la Secretaria, Silvia Figueroa Zamudio, también convocaba a los mentores a no dejarse confundir; a no temer s acudir a la evaluación de este fin de semana próximo.
El ambiente revolucionario fue acompañado por la "cortina de humo" que durante los últimos días imprimió la coordinadora en la entidad.
La intentona por hacer valer su ley contra el proceso de evaluación, de manera mediática, fracasó.
Tuvieron que recular al final, luego del reforzamiento de la estrategia de seguridad con más de 5 mil efectivos y la velada advertencia de la existencia de 28 órdenes de aprehensión contra normalistas y cabecillas del movimiento magisterial, a hacerse efectivas en cualquier momento.
Nada valió. Incluso el merolico que durante horas se desgañita y desgarganta con el micrófono a un lado de Catedral, callo. El desusado discurso ochentero del antiimperialismo de la lucha de clases, del poder al pueblo y bla, bla, bla, fue retirado de su lugar. Regreso a gritar solo en el desierto pasadas las 14 horas, cuando el respetable abandonó las calles del primer cuadro de la ciudad.
Allá, en el libramiento sur, el líder centista, Juan José Ortega Madrigal cantaba una pírrica victoria y alentaba el fracaso del proceso evacuatorio, no sin antes informar que no se boicoteria la evaluación, en franca apelación a una madurez política que solo existe en su imaginación.
Hoy fue un viernes revolucionario, de revolución, pero una revolución que este viernes no le fue favorable a los caprichos de la CNTE.