Trump asedia a minorías
CIUDAD DE MÉXICO, 6 de agosto de 2017.- Los derechos civiles protegen a los individuos para que vivan sin encarar discriminación con base en raza, género, edad, orientación sexual o religiosa. Este principio fundamental está bajo asalto en Estados Unidos, y el ataque viene desde la presidencia de Donald Trump. Con los desafortunados antecedentes históricos de discriminación racial que esta nación tiene es entendible por qué las protecciones que garantizan un trato equitativo son tan valoradas.
Así como son apreciados algunos de los mecanismos que preservan estas salvaguardias legales, como medios de comunicación libres, la libertad de expresión y religión y el derecho a la privacidad. Lamentablemente, esta administración no ha hecho otra cosa sino tratar de imponer regulaciones que traten distinto a grupos vulnerables, que arranquen derechos a las minorías necesitadas de oportunidad arrebatándoles las herramientas que les ayudan no sólo a competir sino a sobrevivir.
De acuerdo con El Universal, en 1955 la afroestadounidense Rosa Parks se negó a sentarse al fondo de un autobús sólo por ser negra, como respaldaba la ley entonces en Alabama. El gesto de la mujer inició la flama de la lucha por los derechos civiles de esa comunidad. Fue un alto a la discriminación y segregación institucionalizada. Por eso es vergonzoso que 62 años después, el actual presidente imponga restricciones que afectan a grupos específicos como los musulmanes que tratan de entrar a territorio estadounidense. Los nacionales de seis países (Libia, Sudán, Yemen, Somalia, Siria e Irán) no pueden entrar a EU sin probar que tienen una relación sólida y estable con familiares o alguna entidad que les ofrezca empleo, por ejemplo.