Presidir consejo comunal en Uruapan no garantiza cambios para mujeres
MORELIA, Mich., 8 de marzo de 2024.- El que una mujer presida el consejo comunal de su comunidad, no garantiza nada en cuanto a cambios positivos a favor de las mujeres, pero es el inicio y es un primer acceso, manifestó a Quadratín María Teresa Perucho Bravo, ganadora de la Presea Eréndira y presidenta del Consejo Comunal de Las Cocinas, municipio de Uruapan.
La mujer premiada expuso que este es un ambiente que le ha tocado vivir de manera directa, en este autogobierno, más que una autonomía, ya que desde hace dos años participa como autoridad al interior de su comunidad.
"Estaba como consejera de Medio Ambiente y Recursos Naturales, hice un trabajo, al parecer bueno en la comunidad, se me reconoció y actualmente soy la presidenta del Consejo en mi comunidad", expresó la galardonada en la categoría Promotoras y defensoras de las mujeres históricamente vulneradas.
Bajo estos términos, indicó María Teresa Perucho, se puede decir que este es el cargo más importante al interior de la comunidad, "ha sido muy complicado, llevo alrededor de tres meses en este puesto, no solamente en el cargo, sino en todo el proceso para llegar ahí, que al final de cuentas es un ambiente demasiado agresivo cuando una mujer decide ejercer el derecho a gobernar", dijo.
El buscar ejercer los derechos políticos electorales que tienen las mujeres, y buscar ejercer una gobernanza con perspectiva de género, explicó, "ha sido una situación que me ha empujado a que ese espacio, en donde se imparte justicia, en donde se administra dinero en favor, por así decirlo, de los derechos humanos, se vuelva muy complicado".
Esta dinámica, refirió, afecta a muchas mujeres en la comunidad y a pesar de que sí están trabajando con el tema de paridad de género, dentro de la toma de decisiones, dentro del ejercicio del poder, no hay una paridad todavía.
Cuando habla de esto en estos espacios, expresó, ha hecho que muchos varones crean que la representación que tiene una mujer hacia la comunidad no es la indicada, "porque hablamos de cosas que no se hablan, visibilizamos violencias que no se quieren visibilizar".
Solamente en este periodo que lleva a cargo de este puesto, aseveró María Teresa, llevan entre 40 y 50 casos de violencia de género que se han ido a denunciar, y que pareciera que nunca pasaba, pero que el hecho que esté una mujer en un puesto se empieza a identificar al interior de la una comunidad, en cómo se está repartiendo la justicia.
Sobre la impartición de ésta, la galardonada explicó a Quadratín con un ejemplo. Dijo que hace poco sucedió un tema de infidelidad, no en la comunidad pero sí alrededor, y le preguntaban que cuál era el castigo a la mujer, porque aunque ya se le había pedido el divorcio cuestionaban sobre el castigo que iba a tener por parte de la autoridad, "yo le decía: 'es que no hay ningún castigo, estamos respetando tu derecho a que sí te puedas separar de esa persona, pero no la podemos castigar, no la podemos golpear y no la podemos torturar porque no atenta contra ningún derecho humano".
Realmente se viven las violencias de muchas maneras, expuso, y en muchas mujeres no se pueden identificar porque no se nota un moretón en los brazos o en la cara, porque no se nota esa violencia que ejercen.
Hay mucho qué hacer, sinceramente, porque tampoco garantiza que una mujer esté al frente de un puesto tan importante, porque hay todo un sistema que reprime esta forma de gobernar, que rechaza esta forma de decidir cambiar las cosas, por esto no es fácil, reiteró, y tampoco garantiza nada en el tema, "claro que es la primera puerta y es un primer acceso a muchas cuestiones para atender todas las problemáticas que tenemos las mujeres, pero no hemos avanzado más que en el primer acceso".