Paz decolonial
Durante muchos años, cuando menos en la historia reciente, después de la Segunda Guerra Mundial, en 1945, venimos hablando de la importancia de impulsar procesos de paz y desarrollo para atender las violencias y conflictos que se generan; no obstante, como muchas generaciones, aprendí a ver la paz de manera eurocentrada, sustentada en el modelo colonial, que controlo, sometió y disciplino al ser, el saber, el poder y la naturaleza.
No obstante, dichos estudios de paz, o modelos de paz, evidentemente, no toman en consideración los saberes de las poblaciones originarias y afrodescendientes, por ello y para hablar de la paz en el sur global, requerimos de una visión crítica, de un pensamiento crítico que nos ayude a la comprensión de la construcción de diálogo, así como al reconocimiento de la paz desde la importancia de valorar las experiencias y saberes comunitarios que han sido invisibilizados por el modelo civilizatorio occidental.
En este contexto, es importante continuar trabajando en proceso de reconstrucción y resignificación de la paz, ahí donde la paz, no ha logrado disminuir los conflictos, violencia, exclusión, discriminación y mecanismos de opresión en contra de grupos en condiciones de vulnerabilidad, manteniendo la supremacía de grupos empoderados.
En este sentido, requerimos comprender la importancia que tiene abordar los fenómenos sociales desde la complejidad, es decir, desde la transdisciplinariedad y los saberes (desde procesos holísticos, sistémicos e interdependientes), donde podamos abrevar de los conocimientos y saberes de los actores sociales y comunitarios de espacios locales, y de los cuales podamos comprender nuevas formas de reconocimiento de la realidad que nos ayude a la transformación.
Por ello, me parece importante traer a la reflexión el concepto de paz decolonial, sí, de ese proceso de giro decolonial, que nos permite ver más allá de la colonización, de ver nuevos elementos desde nuestras epistemologías del sur, desde el ser, los saberes, el poder y la naturaleza, sin una visión eurocéntrica, pero sí, desde nuestros saberes.
Desde dicha perspectiva decolonial, nos parece importante insistir en tres elementos fundamentales para la construcción de una paz decolonial; por un lado, es significativo el ampliar el saber epistémico, evitando una visión eurocentrado, para encontrar en los saberes locales, en los grupos originarios, o bien, de las poblaciones de afrodescendientes, en las visiones del sur global (Frantz Fanon y Boaventura de Sousa Santos) el análisis epistémico y metodológico de los saberes.
El segundo aspecto, es avanzar en la construcción de diálogos participativos y comunitarios en los territorios y con los actores locales; es decir, encontrar los puntos de comprensión que logran las comunidades originarias para el trabajo colaborativo, los valores de comunalidad, la convivencia, la confianza entre los miembros de la comunidad que permite lograr la paz en los espacios comunales de los grupos originarios y afrodescendientes.
El tercer elemento, es identificar el estado del arte que los grupos originarios pudieran tener respecto a contenidos de la paz, ello, permitiría establecer las relaciones entre lo que se escribe para una paz global, e identificar el significado que se da de una paz cotidiana y a pequeña escala, es decir, una paz comunitaria.Me parece fundamental realizar estudios de la paz, desde un posicionamiento crítico que nos ayude a construir un conocimiento situado, localizado y ajustado a las realidades concretas que vivimos. Hoy por hoy, los estudios de paz, nos deberían de dar luz para la comprensión de los feminicidios y crímenes de odio por homofobia, lesbofobia, bifobia, transfobia; luz para la atención del acoso escolar; luz para la precariedad e injusticia social, desigualdad y discriminación.