Mantiene Claudia Sheinbaum ascenso en México
MORELIA, Mich., 26 de abril de 2024.- De confirmar la tendencia, Claudia Sheinbaum, hará historia.
En más de 500 años del México precolombino y más de dos siglos del nuevo Estado Mexicano, una mujer, la primera en la historia, tendrá el control, mando; será, en síntesis, la primera Presidenta.
Con 61 años a cuestas, Claudia Sheinbaum pasó la primera aduana y ganó la encuesta de Morena, en medio de la aceptación, confusión y rechazo de quienes contendieron.
Al final, sanó y cicatrizó los quejares de la intensa elección interna.
Cómo buena política, negoció, cedió y ganó en unidad interna.
Claudia es fundadora de Morena, antes Movimiento de Regeneración Nacional.
No obstante, al igual que muchos, Claudia migró del entonces Partido de la Revolución Democrática, donde se ubica una militancia activa desde 1989, un año después de la histórica elección del 88, donde prevalece la duda del triunfo del Frente Democrático Nacional, con Cuauhtémoc Cárdenas a cabeza, ante el salinismo.
Siempre estuvo a la diestra de López Obrador, jefe máximo de la 4T y el Presidente más influyente de la historia del México moderno.
Con él, también se convirtió en la primera jefa de gobierno electa en la Ciudad de México, en el 2018, cuándo derrotó a Alejandra Barrales que jugaba de local, en una que es bastión de la izquierda mexicana y que también fue gobernada por el propio López Obrador bajo el siglado perredista.
La candidata oficial ha escalado desde abajo. Ha sido votada y electa. Fue la primera jefa delegacional en Tlalpan y Secretaria del Medio Ambiente con López Obrador en la Ciudad de México.
Se la atribuye la construcción del segundo piso periférico en la capital del país, la instauración del Metrobús e impulsará de nuevas políticas ambientales y de contención en la ciudad más poblada del planeta.
Claudia es reconocida, adentro y afuera, como una mujer capaz, inteligente.
Es definida como política, académica y científica.
Tiene tablas, madera.
Tiene una maestría en ingeniería de la energía y un doctorado en ingeniería ambiental.
Se dice michoacana por adopción. En sus giras, recuerda sus años mozos y su estadía en Cheranástico, donde convivió tres años con la comunidad, a la que ayudó en el proyecto de cocinas ecológicas.
De hecho, en sus giras, acude con mujeres de esa comunidad indígena, que le reconocen y recuerdan.
Es egresada de la Universidad Nacional Autónoma de México y madre de dos hijos.
En un país con más del 90 por ciento de una población que profesa el catolicismo, el origen judío de Claudia Sheinbaum no le impacta; tampoco no ser guadalupana, católica o apostólica.
Quienes le conocen, aseguran que Claudia Sheinbaum es una mujer firme, de mano dura; de definidas convicciones políticas e ideológicas. Tiene temple.
Hasta la tercera semana de abril, Claudia no había movido sus números en la preferencia ciudadana.
Va arriba en las encuestas, aunque algunas, las más entreguistas, rayen en el escándalo.
Lo conservador son 10 puntos, afirman los que ven el escenario menos apasionado.
Aun así, técnicamente es imposible que se le alcance. Menos aún si su oponente, Xóchitl Gálvez, no asestó el marrazo político durante el primer debate.
Poco a poco, el mantra de ¡Claudia Presidenta!, comienza a dibujar el escenario político transexenal en México.