Justicia con perspectiva de género, una batalla de siglos: Fabiola Alanís

MORELIA, Mich., 16 de agosto de 2024.- Al señalar que la lucha por la igualdad no ha concluido, y que las mujeres aún enfrentan dinámicas que intentan devaluar las capacidades de las mujeres y reducir sus ámbitos de participación, la diputada electa Fabiola Alanís Sámano se refirió a algunos de los documentos que significaron un punto de quiebre y pauta para la justicia con perspectiva de género.
Al participar como comentarista en la presentación del segundo número de la revista Justicia y Género, del Tribunal de Justicia Administrativa, Alanís, quien además de tener una carrera política cuenta con una amplia trayectoria académica y en el activismo en favor de las mujeres, refirió que la lucha de las mujeres ha sido la que ha llevado a revertir las estructuras culturales sobre las cuales, hace siglos, San Agustín dijo cosas como:
“Las mujeres no deben ser iluminadas, ni educadas en forma alguna, de hecho, deberían ser segregadas, ya que son causa de insidiosas e involuntarias de erecciones de los santos varones”.
Alanís citó a pensadoras como Silvia Federici y Marcela Lagarde, además de Simone de Beauvoir, quien distinguió categorías como sexo y género, lo que contribuyó a reconocer la violencia a que han sido sujetas las mujeres en las dimensiones histórica, cultural, económica y más allá incluso de la condición de clase, de raza, y de la interseccionalidad que determina la vida de las mujeres.
A su decir, en el último siglo, y quizá desde antes de manera menos visible, se construyeron las bases para llegar a las concepciones de justicia y género que se tienen en el siglo 21, y que se han pulido al amparo de convenios y tratados internacionales que tienen implicaciones directas en la vida de las mujeres y que representan desafíos para los gobiernos.
Se refirió primero a lo señalado en la Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra las mujeres, suscrito en 1981, y que es considerado el documento jurídico internacional más importante en la historia de la lucha sobre todas las formas de discriminación en contra de las mujeres.
Fabiola Alanís recordó también la Convención de Belém do Pará, primer tratado internacional jurídicamente vinculante que penaliza todas las formas de violencia contra las mujeres, especialmente la violencia sexual; adoptado el 9 de junio de 1994, fue el primer tratado internacional que consagró el derecho de las mujeres a una vida libre de violencia tanto en el ámbito privado como en el público.
La Declaración y plataforma de acción de Beijing, más conocida como Beijing+5, considerada como el proyecto más progresista jamás elaborado para promover los derechos de la mujer frente a la pobreza, educación, salud, violencia, conflictos armados, economía, ejercicio del poder, recursos institucionales para la igualdad y los derechos de las niñas.
La “sentencia madre”, expresó, al referirse a González y otras, más conocida como Campo Algodonero- en que la Corte Interamericana de Derechos Humanos halló responsable al Estado Mexicano de falta de cuidado en la investigación de la desaparición y asesinato de tres mujeres en Chihuahua. Esta sentencia marcó varias rutas para reconocer el feminicidio y obligó a juzgar con perspectiva de género.
Fabiola Alanís recordó cómo, a partir de estos convenios y tratados internacionales las legislaciones se han adecuado de manera paulatina en pro de la igualdad, y una de estas normativas es la Ley General para la Igualdad entre Mujeres y Hombres, que establece la obligatoriedad de diseñar los presupuestos públicos con perspectiva de género.
Al afirmar que el arribo de la primera mujer a la Presidencia de México –Claudia Sheinbaum Pardo- es resultado de la lucha histórica por la igualdad, Alanís mencionó que, si bien nuestro país es ejemplo ante la legislación internacional en materia de paridad, aún hace falta consolidar la igualdad en algunos espacios de la vida pública y privada.