Heridas, del fraude del 88 a la construcción de instituciones: Magistrado
MORELIA, Mich., 30 de junio de 2024.- Alrededor de 20:30 horas de la noche del 6 de julio de 1988, el Registro Nacional de Electores anunciaba al jefe de la Comisión Federal Electoral y Secretario de Gobernación, Manuel Bartlett Díaz, fallas en el sistema de cómputo del conteo de votos de la elección presidencial
El poblano confirmó la supuesta crisis, justo cuando los primeros datos de las actas de escrutinio apuntaban a una ventaja del candidato opositor del Frente Democrático Nacional, Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, sobre el priísta Carlos Salinas de Gortari.
Se había caído el sistema.
El fantasma de la sospecha de un gran fraude electoral comenzó a recorrer el país como reguero de pólvora.
Cuauhtémoc Cárdenas había sido despojado de un virtual triunfo en la histórica, pero ignominiosa elección, según millones de sus seguidores.
A 36 años del atraco oficialista, el magistrado de la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, Felipe de la Mata Pizaña, retoma ese momento histórico y lo plasma en la novela Heridas, a lanzarse el próximo 18 de julio, en el Centro Cultural Elena Garro, en Coyoacán, Ciudad de México.
Antes de la presentación formal, de la Mata Pizaña habla con Quadratín y explica la obra:
"Es una novela histórica que gira en torno a dos sucesos políticos relevantes del México del siglo XX: la Guerra Sucia y las elecciones presidenciales de 1988", abre.
El magistrado de la Mata Pizaña reseñó lo siguiente:
"Los sucesos que marcaron de manera turbulenta el inicio de la transición democrática se viven a partir de las narraciones de Alfonso, un joven chilango nacido en 1972; y Ubalda, una maestra rural y guerrillera. A partir de una estructura ingeniosa, por momentos Alfonso, y por otros Ubalda, los protagonistas de esta obra nos van haciendo vivir en carme propia sus respectivas historias de amor y las heridas que provocó en sus vidas un régimen político autoritario que se resistía a dar cabida a la democracia electoral".
"Ubalda, quien además luchó a lado de Lucio Cabañas, sufre la desaparición forzada de su pareja y debe tomar decisiones difíciles como el autoexilio para no arriesgar a su hija Francisca ante la persecución incansable del régimen. Francisca, quien es abandonada con una familia acomodada de la ciudad de México irá poco a poco descubriendo la historia de sus verdaderos padres dándose cuenta de los contrastes de su vida, la discriminación, y el problema de su propia identidad y la importancia de la lucha política".
Heridas, según palabras del autor, es una novela que permite al lector no solo imaginar el foro interno de quienes tuvieron que radicalizarse en un momento de nuestra historia política ante la imposibilidad de participar por los canales institucionales sino conocer un poco más sobre este momento oscuro de la historia política de nuestro país -del que poco hablamos- pero que sus heridas siguen sin cerrar. Los diálogos, los relatos, nos van permitiendo comprender y vivir las razones, los motivos, de quienes siguieron la ruta de la guerrilla rural y urbana y cómo esta lucha se transforma con ese momento de la “caída del sistema” y el liderazgo pacífico de Cuauhtémoc Cárdenas.
"En la novela se encontrarán por ello los relatos, los discursos, las manifestaciones, la indignación que giraron alrededor del fraude electoral del 88 y de la esperanza que sentó la creación de un movimiento de izquierda y de la reforma electoral del 90 que llevaría a la creación de las instituciones electorales que permitirán lograr la tan anhelada alternancia política por la vía del voto popular libre y auténtico".
El Magistrado narró que la novela también retrata de manera maravillosa la vida chilanga de la época, sobre todo del barrio de Mixcoac: su comida, aromas, mercados, iglesias, rituales, y que hacen al lector experimentar el amor por la ciudad del autor.
Heridas es, sin duda, una novela original, nostálgica e incluso poética -por la riqueza del lenguaje y los recursos del autor que conmueven y emocionan en muchos de sus párrafos- que nos obliga a hacer un viaje crítico a nuestro pasado político, pero también a nuestro presente, y revalorar los sinuosos y largos caminos del proceso.