Fausto hizo un gesto a ministeriales y ahí concluyó la relación: Reyna
MORELIA, Mich., 23 de enero de 2019. – Fue el ex gobernador Fausto Vallejo Figuera quien orquesto la detención ilegal de Jesús Reyna García, su brazo derecho, lo entregó a la Policía Ministerial Federal en su despacho y jamás volvió a darle la cara.
“El 4 de abril del 2014 Fausto Vallejo Figueroa, entonces gobernador del Estado, me citó con acuerdos a las 4 de la tarde, y después lo pospuso para las 5. Estuve en la oficina del jefe de Despacho del Gobernador, no me enteré de lo que pasaba a mis espaldas, más de media hora después el jefe de la oficina me dijo que pasará al despacho del Ejecutivo, cuando entré y estaban sentados en la mesa junto con el dos personas armadas y con placa de Policía Ministerial, y el jefe de prensa del comisionado Especial para Michoacán; sin decir palabra alguna y sin que yo tomará asiento Fausto Vallejo hizo un gesto hacia el jefe ministerial y este me dijo que el procurador me requería para hablar conmigo en su despacho en la Ciudad de México”, comentó el oriundo de Huetamo.
Aquella fue la última vez que intercambiaron palabras con Vallejo Figueroa, Reyna García salió directo a la reunión “salí del despacho del gobernador escoltado por ministeriales y trasladado a la Ciudad de México en un helicóptero de la PGR, así concluyó la relación así se comportó el gobernador sin palabras esta tarde", (sic).
Ya en la Ciudad de México a Jesús Reyna le fue informado que el vídeo donde sostenía una charla con Servando Gómez, La Tuta, estaba en manos de la extinta Procuraduría General de la República, facilitada presuntamente por medios de comunicación y que iba a hacerse público. El priista hasta entonces no se sentía realmente amenazado, al menos así lo parecía, porque aseguró al entonces procurador que le haría frente al caso y que no había cometido delito alguno.
Sin embargo comenzaron las contradicciones y la trama de las intrigas en su contra comenzaron a develarse, miembros del grupo de Atlacomulco confabulaban entre sí y él habría quedado en medio. Alfredo Castillo quería que declara en contra de Fausto Vallejo y este último lo entrego como “moneda de cambio”, quizás para salvar su propio pellejo.
Los siguientes meses y años, fue un ir venir, de tocar puertas de todos los funcionarios, de “solicitudes ignoradas”, de oídos sordos, de intentos de sobornos y hasta extorsión, porque hasta 2 millones de pesos le pedían a la familia a cambio de su libertad, sostuvo el también ex Gobernador interino.
Para sorpresa de muchos, quizás de él mismo, el apoyo lo encontró entre los miembros, ex miembros, del Sol Azteca. El entonces senador Raúl Morón y el actual delegado Federal de Programas para el Desarrollo en Michoacán y el Presidente de la República.