Amor y límites, principios fundamentales en la formación de menores
MORELIA, Mich., 25 de mayo de 2023.- Nadie nace con el conocimiento de lo que es la paternidad. Nadie es poseedor de la verdad absoluta en cuanto a la crianza de un hijo. Sin embargo, existen dos principios fundamentales sin los que la formación de un ser humano en el hogar puede tornarse caótica: amor y límites.
Porque un niño necesita en su familia todo el amor del mundo para crecer seguro, sano y confiado, pero también los límites necesarios para entender que el valor que tiene como persona también lo tienen los otros, aseveró Daniela de los Santos, diputada local.
En su ponencia Amor + Límites, impartida en el 20 Congreso Anual de la Asociación de Mujeres Empresarias de México (Amexme), Daniela de los Santos expuso que los niños requieren que en su seno familiar se les reconozca, se les dé amor incondicional, se les apoye y respalde, se les atiendan sus necesidades y se les ofrezca cariño sin escatimar.
Pero esto, sin la aplicación de límites adecuados para su edad y conforme la crianza familiar, convierte al niño en un "niño emperador", acostumbrado a tenerlo todo y a no enfrentar la frustración o respetar a los demás, encaminado a ser un adolescente o adulto sin restricciones en su comportamiento, lo que puede llevarle inclusive a enfrentar problemas con la ley o incurrir en delitos.
Los límites son las reglas de la casa, detalló Daniela de los Santos, las normas que aseguran que todos tienen un lugar propio, respeto a su individualidad y trabajan por el grupo familiar, impulsando el bienestar de todos.
Ahora, límites que se aplican sin la mediación del amor llevan a un individuo inseguro, dependiente, que siempre necesitará la valoración que no obtuvo en casa y que será vulnerable a la manipulación externa, o, en su opuesto, un individuo desafiante, rebelde, que no tenga tolerancia o confianza en los demás, cuya conducta puede ser dañina para otros.
Destacó que en más de 80 instituciones educativas donde ha expuesto esta charla, la preocupación de los padres ha sido encontrar el balance entre las manifestaciones del amor a los hijos y la aplicación de límites y normas.
Y, aseveró, los padres no están exentos de incurrir en errores, por lo que reconocerse como imperfectos ante los hijos, aceptar las fallas y los defectos, permite crear canales de comunicación y confianza.
Pedir perdón a los hijos es parte del amor y de los límites, porque le enseña a los hijos que los adultos no son perfectos, no tienen que serlo, y que cualquiera puede equivocarse, y cualquiera puede buscar enmendar esos errores y crecer como personas.