Andrés Manuel en Sahuayo, como pez en el agua
SAHUAYO, Mich., 25 de noviembre de 2017.- El hombre entrecano dijo no tener miedo a José Antonio Meade, virtual candidato príista a la candidatura presidencial.
"Es la mafia del poder, pero contra la voluntad ciudadana no se puede", declaró a este redactor.
Andrés Manuel López Obrador arrancó una fuerte gira de trabajo por el occidente del estado y parte de Tierra Caliente.
En cuatro días, el tabasqueño emplazará al voto contra el sistema.
Avezado, con un discurso sistemático, fue más allá de Pitágoras, el matemático.
Cerca de 40 minutos de bla, bla, bla, el presidenciable ofreció 13 mil pesos mensuales a las 26 millones de familias mexicanas.
Mesiánico, dejó de lado que el presupuesto federal, establecido por el orden de los 5 billones de pesos, tengan entrada en materia de seguridad, salud pública, educación y otros.
Nada. Solo repartirlo. Así es y ha sido el discurso.
Se autoproclamó un liberal, respetuoso del empresariado, de los católicos...de la religión.
Palabra a palabra, el respetable le aplaudía.
Llego poco menos del media día.
Jalisco conoció su discurso horas antes.
Hablo qué de la estrategia de seguridad es fallida; que la Reforma Educativa no va; que en materia de energéticos hay engaño.
Camina y le abrazan. Va a las selfies.
Afuera, autografía libros.
Acude al discurso de la esperanza.
Madrea, por igual, a todos los expresidentes:
Salinas, Zedillo, Fox y Calderon sus objetivos. Pero fiel a la causa, agrede más al norteño, al jefe de la mafia del poder: Carlos Salinas de Gortari:
Les encara sus privilegios, los excesos, frente a la depresión económica; frente a los más de 50 millones de mexicanos que padecen hambre y pobreza.
Se refiere a Peña Nieto. Le saca el tema del avión presidencial. Es bravucón.
Según él, el costo de la aeronave representaría un año de ejercicio presupuestal para el campo mexicano.
"Tuvieron que ampliar el hangar presidencial para que cupiera el aviónsote", señaló ante sus simpatizantes.
Ya entrado, López Obrador previó un escenario similar a la reciente elección de Estado de México.
"Delfina ganó en Estado de México, pero nos robaron la elección", añadió, mientras repetía el clásico: "¡son unos conchinos, cerdos, marranos!"
En ese tranvía, también reiteró que la elección del 2018 será caracterizada por la migaja, la coacción del voto, la compra de conciencias.
Aún así, el enviado del edén tropical, ratificó que Morena va arriba en la encuesta, en la preferencia electoral.
Y pone como punto fino un referente: "¡Acción Nacional tiene 85 años de vida...nosotros tenemos tres de habernos constituidos y sonora cabeza en la preferencia ciudadana!".
Y en efecto, al tabasqueño no hay que le alcance, al menos por ahora.
Pero en ese momento, se aferró al michoacano, Felipe Calderón Hinojosa.
Le recriminó su fallida estrategia en materia de seguridad y el abuso de imagen cuando arribó a Apatzingán vestido con la mayor envestidura militar, la del jefe máximo de las fuerzas armadas, la del general máximo, con barras y estrellas.
"Es un general de chocolate", diría en su momento el peje.
Calderón, en ese momento, movilizó cerca de 50 mil efectivos federales para atemperar, contrabatir y abatir el Cartel de los Caballeros Templarios.
El ex jefe de gobierno de la Ciudad de México se ve entero.
Le rinden pleitesía.
"¡Son pejezpmbies¡", diría el tema ex candidato de Edomex, Juan Zepeda.
Casi le besan la mano, se le arrodillan; le abrazan.
El se deja querer y se siente pez en el agua.
Ya sabe que sus palabras conmocionan y motivan el desagrado social.
No va por la insurrección, pero si contra el sistema; convoca a la participación en las urnas.
"¡Son unos grandes ladrones!", grita en el micrófono.
Se refiere a la ya denominada mafia del poder.
Con el l clásico color caqui, y una camisa lila, el hombre de Macuspana acusa del robo de 500 mil millones de pesos anuales por parte del gobierno federal.
Afirmo que su gobierno será eje de transparencia, honestidad y claridad, pese a las aseveraciones de que el Edomex, uno de sus hijos vendía candidaturas por un millón de pesos.
Dicen que la tercera es la vencida.
En dos ocasiones cayó.
Esperar 2018 para comprobar la debilidad presidencial, del estado mexicano y el emergimiento de una izquierda fuerte, pero con olor a PRI.