Woonerf

Una sociedad desarrollada es aquella en la cual su clase media hace uso cotidiano del trasporte público.
Antes que nada, es importante aclarar que Woonerf, por rudo que se oiga, no es una grosería en otra lengua, ni mucho menos un vocablo alienígena. No amigas y amigos, el diccionario Cambridge (en inglés) define Woonerf como el camino diseñado con características especiales para reducir la cantidad de tránsito vehicular o para hacerlo más lento.
Por su parte, el tumbaburros mundial número uno del siglo XXI, Wikipedia, señala que “el término neerlandés Woonerf se traduce literalmente como 'patio viviente'; espacio de socialización, donde la gente puede encontrarse, los niños jugar aseguradamente, peatones y ciclistas circular libremente. Un sector de vía pública donde los vehículos a motor se permiten, bajo restricciones: Baja velocidad (a paso de hombre); Tráfico acotado (solo vehículos particulares y cargueros pequeños); Estacionamiento limitado (no obstructivo ni invasivo). De ser necesario, para habilitar plenamente el espacio, se modifican el trazado del área de circulación y su entorno, y se ponen plantas (especímenes botánicos con valor paisajístico), agregándose asimismo mobiliario urbano; …”
Esta idea europea me parece bastante interesante y sin duda puede incidir sustantivamente en la batalla entre peatones y personas en vehículos no motorizados contra los humanos motorizados, que por el momento van ganando estos últimos en detrimento del medio ambiente y de la salud pública.
Me da la impresión de que algo como esto inspiró los trabajos que se hicieron en la ciudad de Morelia, Michoacán, durante la administración municipal independiente 2015-2018, principalmente en las calles Benito Juarez e Ignacio Zaragoza del Centro Histórico.
Como señale, me agrada este concepto, Woonerf, sin embargo, tengo mis dudas sobre si el aplicarlo en dichas vialidades fue la mejor opción. Coincido en su aplicación en calles céntricas, pero creería que en la periferia del centro podrían generar mayores beneficios y repartir la fluides turística sin perjuicio del de por si caótico tráfico de la zona.
Ahora bien, si por mi fuera, quisiera que a todas las calles del Centro Histórico de mi querida Morelia fueran “woonerfiadas”, pero para ello, primero tendríamos que sacar de allí todas las oficinas gubernamentales, para que la visita fuera por gusto y turismo, principalmente.
Les platico que la primera vez que supe de este concepto, fue en el Twitter de Dirk Janssen, diplomático de los Países Bajos, que constantemente presume con mucho orgullo los logros de movilidad de su país, el cual, por lo que he visto, 30 años atrás padecía gran parte de los problemas que hoy vivimos en la materia; búsquenlo y síganlo, se los recomiendo.
En fin, creo que vale la pena seguir el ejemplo de lo que en otros lares del mundo se hace para la solución de problemas comunes, sin perder de vista que, como dijo el Dr. Dieter Nohlen, el contexto hace la diferencia y que no toda idea o concepto puede ser migrado, mucho menos sin la debida regionalización; en otras palabras: de la moda, lo que te acomoda.
Otrosí: El 16 de junio, por declaratoria de la ONU, se conmemora el Día Internacional de las Remesas Familiares; como miembro pasivo de una familia migrante, externo mi reconocimiento a los hombres y mujeres que con su esfuerzo, sudor y lágrimas ayudan a sostener la economía de sus lugares de origen, mitigando con ello las consecuencias de las deficiencias gubernamentales, que, paradójicamente, los obligaron a emigrar.