Visiones y percepciones/Etelberto Cruz Loeza
VISIONES Y PERCEPCIONES…
Etelberto Cruz Loeza.
- JOSÉ MANUEL MIRELES
VALIENTES Y AUDACES DECLARACIONES
Hablar del Dr. Mireles Valverde es entrar en el universo de los líderes sociales no reconocidos por las autoridades y sí aceptados por la sociedad, pavonearse un poco de mirar y tratar de cerca a los héroes, de carne y hueso…aun vivos y como a la mayoría de los héroes, vivos, está marcado por el dedo que lo señala como irreverente, altivo, audaz, altanero y muy valiente.
Su sencillo y corto currículum vitae político registra un hecho singular: motivado por el vacío de autoridad y gobierno en su región de la Tierra Caliente, propuso a sus paisanos la conformación de un grupo civil armado que llenara lo que el gobierno no tenía, no podía o no quería; ese grupo ofrecería seguridad y confianza ante la ola de inseguridad que rodeaba su tierra. Fue aceptado y así surgieron los autodefensas, entidad-cuerpo que fue replicado en varias áreas de la esa zona geográfica y hasta en algunas regiones del país con perfiles de inseguridad parecidos. Es más, en un municipio michoacano, fue autorizada por la Suprema Corte de Justicia de la Nación esta figura jurídica.
Esta acción, y producto, generó incomodidades y provocó reflexiones y la conclusión fue que significaban un riesgo para el Estado-gobierno-autoridad y ante la configuración social y política que presentaba en ese momento nuestro estado, el gobierno de la República nombró un Comisionado para la Seguridad y Desarrollo Integral del Estado, Alfredo Castillo Cervantes, quien con todo el poder presidencial, trabajo a su modo para cumplir su objetivo explícito y regularizó a este cuerpo de civiles armado; finalmente, el Dr. Mireles fue detenido y sujeto a proceso; estuvo preso poco más de dos años en un penal del noroccidente del país y muchos lo consideraron preso político. Finalmente, después de un combate jurídico y ¿político? fue liberado, bueno, la historia aun no termina; en una acción inédita invitó a periodista para agradecer su apoyo y en esa reunión de agradecimiento expresó el Dr. Mireles juicios temerarios, inéditos y valientes.
“Es mucho muy importante que ustedes reconozcan que no existe seguridad pública en México, porque ustedes también son víctimas, están siendo víctimas y no nada más es el crimen organizado en que los está acabando a ustedes; es la delincuencia uniformada, es el crimen autorizado el que está acabando con ustedes, los está callando y la única forma de callarlos, porque ustedes son muy valientes, es matándolos.
Mientras no haya Estado de Derecho y no haya una justa impartición de la justicia y mientras no haya una autoridad pública eficiente no habrá paz en México.
Alfredo Castillo Cervantes uniformó a la delincuencia y les dio charolas de impunidad.
Cuando la secretaría de gobernación mandó 15 mil elementos a Michoacán, ¿ustedes vieron algún renglón que dijera vamos a desarmar al crimen organizado?
Se me ofreció libertad condicionada – a través de Pascual Sigala, a quien consideraba mi amigo - y cuando se me presentó el hecho en sí, me la condicionaron a la aceptación de cinco puntos: 1°. Salir de la nación por doce años. 2° Nunca volver a reunirme con personas armadas. 3° Nunca participar en actividades políticas en México. 4° Largarme a Cuba. 5° El gobierno Federal cubriría todos los gastos”.
Lógicamente no aceptó.
Estas afirmaciones son temerarias y podrían significar un riesgo para su integridad física.
Además, los cinco puntos que condicionaban su libertad muestran y demuestran estructura de poder hegemónico – ese de gobernar con las 3 Ps: Palo para los inconformes. Plomo para los enemigos. Plata para los amigos…
Estado hegemónico que se dice ya no existe y que, curiosamente, el matiz partidista que tiene el poder político en Michoacán, criticó insistentemente.
Finalmente, nadie del gobierno federal, ni del estatal, hasta el momento, ha rechazado, desmentido ni negado su veracidad o ha juzgado loco.
Lo que sucedió después, en torno a estas declaraciones del miércoles 14 del Dr. José Manuel Mireles Valverde, fueron declaraciones del presidente de la Mesa Directiva de la actual legislatura del H. Congreso del estado, Pascual Sigala Páez – personaje muy identificado con el titular del poder Ejecutivo (razón por la cual está ahí en esa posición sumamente estratégica), Silvano Aureoles Conejo -, pero no fueron referidas a sus declaraciones, sino que Pascual Sigala Páez desmintió que él hubiera lucrado políticamente con el nombre y la figura del doctor José Manuel Mireles Valverde.
Y las ígneas palabras del doctor José Manuel Mireles Valverde quedan como axioma política, como una visión descarnada y percepción de la fría, deshumanizada e inocultable realidad, de una persona, cual Ulises, Michoacano, se atrevió a confrontar las funciones del Estado, bajó a los infiernos, combatió a la delincuencia, lo llevaron al Limbo y regresó: “MIENTRAS NO HAYA ESTADO DE DERECHO Y NO HAYA UNA JUSTA IMPARTICIÓN DE LA JUSTICIA Y MIENTRAS NO HAYA UNA AUTORIDAD EFICIENTE, NO HABRÁ PAZ EN MÉXICO.
Estas afirmaciones sumamente temerarias deben motivar una reflexión.