Visiones y percepciones/Etelberto Cruz Loeza
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VISIONES Y PERCEPCIONES
Etelberto Cruz Loeza
LA TRAMA RUSA
Donald Trump, el 42° presidente de los Estados Unidos, está en un pantano, en un lodazal o tremedal y no podrá salir de él: a la injerencia de Rusia en las elecciones de 2016 que ganó y que lo llevaron a la oficina oval de la Casa Blanca.
Hasta el momento sólo son indicios y hasta declaraciones de culpables, pero no hay actuaciones del área política-legislativa de los Estados Unidos: El H. Congreso.
Pero en el partido Republicano saben bien lo que pasó. Incluso George W. Bush, hijo, ex presidente, lo ha dicho muy claramente: está claro y se ha demostrado que los rusos intervinieron en las elecciones de noviembre de 2016. Lo que falta por saber es qué tanto influyó en el resultado.
Por el momento solamente ha actuado la oficina federal de investigaciones, FBI y áreas de segundo nivel en el departamento de Justicia, las que han citado a declarar a personal del primer nivel del comité de campaña de Donald Trump y a su hijo y yerno.
El fiscal general adjunto de Estados Unidos, Ronald Rosenstein, afirmó que hasta el momento “no hay alegato” en los cargos de 13 ciudadanos rusos de que la conducta alegada haya alterado el resultado de la elección de 2016.
Mas, el departamento de Justicia inculpó el viernes 13 de febrero a 13 ciudadanos rusos y a tres empresas por alegar injerencia en las elecciones presidenciales y acusados por el fiscal especial Robert Mueller, de ocho cargos criminales por interferir en las elecciones presidenciales de 2016 en Estados Unidos: Conspiración criminal para defraudar a estados Unidos, afectando las funciones de la Comisión Federal Electoral, del Departamento de Justicia y del departamento de Estado.
De acuerdo con el fiscal general de los Estados Unidos los inculpados llevaron adelante lo que ellos han llamado una guerra de información contra Estados Unidos, con un presupuesto de 1.2 millones de dólares al mes, con el objetivo de diseminar la desconfianza hacia los candidatos y el sistema político en general, sembrar discordia en el sistema electoral.
Como parte de esas actividades, las empresas y sus operadores usaron identidades estadounidenses falsas o robadas y se presentaban en las redes sociales como estadounidenses activos política y socialmente. En esa campaña se hacían pasar por activistas de base. De acuerdo con las investigaciones, los estadounidenses que participaron en esos contactos no sabían que se estaban con rusos. De hecho ningún norteamericano actuó-participó a sabiendas.
Por el momento el fiscal general adjunto y el departamento de Justicia tienen toda la trama, actores, protagonistas y modelo operativo del equipo que intervino en el proceso electoral de 2016 en Estados Unidos. Esto es un paso más hacia la crisis en la Casa Blanca.
En nuestro país nos se ha dado importancia y menos “mucha” al asunto, al affaire de la intervención de personas de nacionalidad rusa en el proceso electoral de los Estados Unidos y que llevaron a su presidencia a Donald Trump.
Más a simple vista y sin ser ni ciudadano estadounidense ni residente en ese país, el asunto tiene facetas muy agudas.
Inicialmente es un asunto intervencionista: entrar subrepticiamente a un país, utilizando el clima de libertades y facilidades que ofrece e intervenir en su proceso político para...he aquí una faceta del asunto.
¿Para qué intervenir en las elecciones de un país que fue su enemigo total – ideológico, político, económico, filosófico, cultural, tecnológico, militar, etc. - por cerca de 50 años?
¿Lo que la desaparecida URSS, ahora federación Rusa, no logró por ninguna vía, ahora trata de alterar el piso para sacar ventaja y debilitar a su enemigo existencial?
Y lo que es grave es que entra troyando, hackeando, ilegalmente, en un sector demasiado susceptible en la vida y práctica política de la sociedad norteamericana: la elección de su presidente y las prácticas de su sistema democrático y, para risa, utiliza a ciudadanos norteamericanos que ignoraban – se dice – que estaban actuando en contra de su país y que quien le pagaba era un país enemigo de los Estados Unidos.
Y es muy curioso y gravísimo que se haya podido intervenir en un sistema cibernético, electrónico, que se supone, tiene blindajes, círculos y vacunas cintra todos los virus y todos los hackers. Realmente de película (Y no lo dude que pronto harán una película sobre este affaire risible y temible).
En este momento se desconoce el objetivo final de toda la trama, de toda la red, pero conforme avancen las investigaciones y se tenga un avance y un perfil de toda la operación intervencionista, están preguntas que no tienen respuesta:
Internacionalmente ¿O diplomática o políticamente qué sucederá? ¿El asunto de intervencionismo se tratará en la Corte Internacional de La Haya o en el Consejo General de las Naciones Unidas? ¿Reventará una crisis política-diplomática entre las dos súper potencias? ¿Por qué se atrevieron a tanto los rusos – es deducible que se hizo con por lo menos, conocimiento, si no es que anuencia y respaldo de todo tipo por el gobierno Ruso? ¿Qué ganaría Vladimir Putin? Es primera ocasión que se sabe de un acto así y a esa altura.
¡No cabe duda, que la guerra Fría se cambió al cyberespacio!
Nacional, domésticamente, si el departamento de Justicia prueba el conocimiento – que es deducible y hasta evidente, como lo afirma George W Bush – y la participación interesada de Donald Trump en la operación ¿Qué se hará con el titular del Ejecutivo, Donald Trump? ¿Habría una purga con los arribistas de Donald en el partido Republicano?
Con todo y la valiosa aceptación social de la administración Trump – económicamente les está yendo extraordinariamente -, ¿será aceptado por el norteamericano común y corriente el intervencionismo ruso en su vida política? ¿Cómo queda su orgullo?
UN AGREGADO.
Está en la mesa de la conversación de los interesados en la cuestión política municipal el asunto de la solicitud o no, de licencia para separarse del cargo o por 45 o por 90 días, como lo marca la ley. Las posiciones están definidas y polarizadas.
No es absurdo que alguien que aspira a continuar en el cargo sea obligado a separarse del mismo por un periodo que duplica el tiempo de campaña y que en ningún lugar los procesos de relección funcionan así. SIMPLEMENTE ES LA LEY. PISO PAREJO PARA TODOS…IGUALDAD Y EQUIDAD ES LA DIVISA. SI ESTÁ INCONFORME, QUE SU EQUIPO JURÍDICO, DE GUERRA Y DE CAMPAÑA DEL SEÑOR PRESIDENTE MUNICIPAL INDEPENDIENTE PROPONGA UNA INICIATIVA PARA MODIFICARLA Y EN EL H. CONGRESO SE VOTE Y GANE LA MJAYORÍA…. ¡SIMPLE!
POR OTRO LADO, SI PONCHO ESTÁ SEGURO DE GANAR, CON MAYOR RAZÓN QUE SOLICITE LICENCIA POR 90 DÍAS. NO SE OPONGA NI AL CRITERIO NI A LA VISIÓN DE LA LEY.
ÉL QUIERE COMER A 2 CARRILLOS…BUSCA ATRAGANTARSE.
Aunque esa ley fue hecha a propuesta de un partido, fue votada mayoritariamente en el pleno, así que, es de una mayoría y, si vivimos en una democracia, la mayoría manda y, por otro lado, Alfonso Martínez Alcázar, en la práctica, es un partido político unipersonal, presidido por una persona y que no tiene militantes y sí simpatizantes. Pues bien: que se someta la decisión de sus militantes y de la sociedad para saber si es reelecto, pero que lo haga respetando la ley, no violándola. NO SEA CÍNICO, NI CORRUPTO NI SE VICTIMICE. ENFRENTE EL FALLO DE LA SOCIEDAD A LA QUE ÉL SUPONE SIRVIÓ CON EFICIENCIA, HONESTIDAD Y BUEN GOBIERNO.