Venezuela: crisis que mata…/Luisa María Calderón
Venezuela es un país latinoamericano que vivió 4 décadas de democracia aceptable, bipartidista por cierto, COPEI y AD fueron los partidos que se alternaron a partir de un pacto por la gobernabilidad. Al paso de los años su democracia fue acomodándose en los sillones del poder y dio paso al enojo de la ciudadanía. Tal vez pensaban que el petróleo haría todo el trabajo.
El presidente Carlos Andrés Pérez fue enjuiciado por corrupción. Estamos hablando de 1992.
Rafael Caldera, quien fuera presidente, muy buen presidente del país, sale de COPEI, su partido originario porque ya no lo reconoce en su forma de actuar, lejos de la democracia y en la corrupción.
Se postula a la presidencia por segunda vez en las postrimerías de los noventas pero en este segundo periodo presidencia de la república carga con el desgaste de un sistema bipartidista que ya se había amorcillado y dejaba fuera de la vida democrática cotidiana a sus ciudadanos.
Rafael Caldera camina hacia el populismo tratando de recuperar la fortaleza que tuvo en su primer periodo. Indulta a Hugo Chávez, quien fue preso por intento de golpe de estado. La debacle de la democracia continúa y los venezolanos arrecian su confrontación, más cruda cada día.
Pocos años después, Hugo Chávez es electo presidente y después de cambiar la constitución, se reelige. Muere de cáncer y asume la presidencia en 2012 un personaje fiel a Chávez: Nicolás Maduro, quien desde 2013 tiene crisis de gobernabilidad y es cuestionada la elección donde gana. La inflación de Venezuela es la mayor de américa Latina: este año llegará a casi tres millones por ciento… y el desempleo anda en 34 %.
Maduro ha tenido dificultades para gobernar, ni siquiera para la gobernabilidad. Ha habido levantamientos de resistencia de miles y miles de venezolanos y, de parte del gobierno la represión, el encarcelamiento y la tortura de liderazgos de oposición es ya escandalosa pero parece que lo dan a conocer y cometen brutales asesinatos en la calle para aterrorizar a quienes siguen oponiéndose.
Este recuento de años es entre 1964 y 2019. En 93 fue el quiebre: Pasaron los venezolanos de una democracia regular que además les permitía vivir bien a la mayoría porque el petróleo permitía en Venezuela un mediano modo de vivir a la mayoría.
Pero los gobernantes se sumieron poco a poco en corrupción y en el descuido de la ciudadanía a quien gobernaban. Esta situación enojó de tal manera a la población que, después de algunos años de campaña de Hugo Chávez, la población votó por él mayoritariamente y, después de ganar, modificó la constitución y ahí se quedó hasta que un cáncer lo mató. Pero durante su ejercicio de gobierno redujo la capacidad de las instituciones y cerró el paso a la libertad laboral, de expresión, y manipuló los órganos electorales. Una de sus herramientas de gobierno fue tener muchos programas de apoyos directos y de los jóvenes hizo una milicia leal que le informaba de las disidencias y le apoyaba incondicionalmente en manifestaciones que daban a conocer al mundo ya los venezolanos que la dictadura contaba con los gobernados.
Hoy la crisis en Venezuela mata a la gente que disiente, pero también la mata de hambre y de falta de medicamentos. Más de 1500 diabéticos muertos por falta de insulina.
Leopoldo López es uno de los presos más significativos; la extraña muerte del concejal de oposición Fernando Albán, quien cayó de un décimo piso cuando era interrogado por la autoridad que lo vinculaba a un supuesto ataque a Maduro.
En enero pasado, la asamblea legislativa declaró a Nicolás Maduro usurpador y el presidente de la asamblea asumió las facultades ejecutivas, de tal manera que hoy Venezuela, además de tener dividida a su población, tiene dos presidentes y se promueve un enfrentamiento de otros países ahí, por el conflicto tan grave y agudo.
El pasado sábado 23, hubo una caravana para meter a Venezuela desde la frontera con Colombia, en Cúcuta, trailers con ayuda humanitaria. La caravana la encabezaba Juan Guaidó, presidente postulado por la asamblea legislativa opositora. Por el lado de Maduro, la reacción fue quemar la ayuda humanitaria.
Venezuela está en la mira de muchos países: Rusia y China tienen ahí grandes inversiones y préstamos que no les ha pagado este gobierno populista y represor. Además, es un lugar políticamente estratégico en América Latina. Turquía, quien tiene una economía con un ingrediente de joyería en oro, le compra este insumo a Venezuela, quien además el año pasado vendió la mitad de sus reservas de oro.
Estados Unidos de Norteamérica, el contra parte de Rusia y China, además de su conflicto petrolero, ha metido también las narices. Y casi tres millones y medio de venezolanos han tenido que salir y buscar refugio en otros países.
Saber cómo se resuelve el conflicto por la vía del diálogo parece cada vez menos posible, aunque la agenda 2030 que firma México y más de 150 países obliga a ello en su objetivo 16: “Paz, Justicia e Instituciones sólidas”. Pero a los mexicanos hoy nos va bien ese dicho: “cuando veas las barbas de tu vecino rasurar, pon las tuyas a remojar.”
Pd. Fiscal habemus: 9 años estará cuidando de la administración de justicia don Adrián López Solís, uno de los pocos aliados hasta hoy del gobernador michoacano Silvano Aureoles Conejo. Hay que preguntarse a qué costo lo logró…