Vamos hacia el desarrollo
Conforme se va armando el Gabinete de la Presidenta Claudia, no hay que cruzarse de brazos viendo cómo se van resolviendo los problemas de mayor urgencia en cada uno de los ámbitos de la gestión gubernamental. Hay que ventilar todo e intervenir en todo, -como dice AMLO, hacer la vida pública, cada vez más pública-.
Empecemos con la Economía. Si el compromiso es por el bien de todos primero los pobres o como se plantea ahora, por la prosperidad compartida, la prioridad de Marcelo Ebrard como nuevo Secretario de Economía será atender la marcha del Tratado con EEUU y Canadá o T-MEC y la relocalización de empresas o nearshoring deberá ir acompañada de la atención principal a los sectores y ramas donde se genera el empleo en este país: las micro, pequeñas y medianas empresas (Mipymes) y el vasto campo de la propiedad social, la economía informal y el autoempleo.
Es cierto, las grandes empresas y ciertas ramas industriales arrastran a muchas otras, como la automotriz y la construcción, pero, la mayor parte de las mipymes y los millones de personas ocupadas en la propiedad social, el sector informal -que incluye al llamado empleo precario- y en el autoempleo y desempleo, no se benefician significativamente con el crecimiento de esas ramas ni con la exportación de manufacturas.
Sí, México ya es el primer socio comercial de EEUU y esa locomotora económica puede impulsar un mayor crecimiento de nuestra economía con la relocalización acelerada por la guerra comercial de EEUU y China y las grandes obras de infraestructura de este sexenio, sin embargo, la Presidenta Electa Claudia Sheinbaum ha señalado dos condiciones para avanzar por ahí: primero, que la inversión extranjera deje beneficios a México en cuanto a transferencia tecnológica y generación de valor agregado en la actividad económica de esas empresas y segundo, que la generación de empleos se realice con salarios, prestaciones y condiciones de trabajo que garanticen una vida digna para l@s trabajador@s y sus familias.
Debe agregarse, como ya se indicó, la atención efectiva a ese gran segmento de familias ubicadas en la propiedad social, la economía informal y el autoempleo.
Como referencia, Marcelo cuando fue Jefe de Gobierno de la CDMX puso en marcha un programa de fomento cooperativo que involucró a todas las alcaldías en la producción de vestuario y equipo para el personal al servicio del Gobierno de la CDMX. Esa condición garantizó la sostenibilidad de las cooperativas al contar con un mercado asegurado para su producción. Es de esperarse que ahora, como Secretario de Economía encabece iniciativas similares de apoyo activo a la economía social, el sector informal y el autoempleo en todo el país.
Las cooperativas de producción, de consumo, de servicios, de ahorro y préstamo, así como la producción ejidal y de las comunidades rurales -sin dejar de señalar al autoempleo- fueron marginadas en la política económica de los seis sexenios de gobiernos neoliberales. Llegó el momento de recuperar las prioridades de la economía social solidaria que es determinante para avanzar hacia la vida digna de millones de familias.
Pero, no hay que olvidar que el proceso de construcción del Segundo Piso de la Transformación habrá de avanzar sobre dos pilares centrales: por una parte, la Revolución de las Conciencias que centra la responsabilidad en el poder de la gente y por otra parte, la unidad en el diseño y aplicación de las políticas públicas para lograr que la acción gubernamental sea efectiva en la consigna de por el bien de todos, primero los pobres en una visión de prosperidad compartida.