Vamos al G-20
El G-20 es el grupo de países con mayor poder económico y financiero del mundo y lo integran Alemania, Arabia Saudita, Argentina, Australia, Brasil, Canadá, China, Corea del Sur, Estados Unidos, Francia, India, Indonesia, Italia, Japón, México, Reino Unido, Rusia, Sudáfrica, Turquía y la Unión Europea. Juntos, los miembros del G20 representan alrededor del 90% de la economía mundial y el 80% del comercio internacional.
Participan adicionalmente, la ONU y los organismos internacionales vinculados a la regulación de las finanzas, la economía y el trabajo; así como organismos representativos de sectores sociales -empresarios, sindicatos, mujeres, jóvenes, académicos y otros en su calidad de instancias de consulta.
El G-20 se formó para coordinar políticas y acciones frente a la gran crisis financiera de 2008 que sacudió la economía mundial. Como se sabe el sistema capitalista experimenta cíclicamente crisis de diversa magnitud porque funciona principalmente por la búsqueda de las ganancias empresariales y bajo los intereses de las corporaciones y los grandes monopolios financieros, tecnológicos, de producción de armamento, etc. causando graves contradicciones en las economías de cada país y del sistema económico mundial.
En el seno del G-20 también existen grandes contradicciones, por un lado, EEUU y sus aliados interesados en mantener la hegemonía de ese país sobre el resto del mundo y por otro, los países BRICS que han ido creciendo con la incorporación de más países miembros buscando construir un mundo multipolar que respete los intereses de cada uno así como sus prioridades sociales y su soberanía, resistiéndose a las políticas de sanciones y bloqueos que aplican EEUU y sus aliados contra cualquier país que no se subordine a su poder de carácter imperial.
En tal escenario y a pesar que la reunión del G-20 en Brasil este 18 y 19 de noviembre de 2024, se avizora como un diálogo de sordos; siempre se debe dialogar entre quienes representan alrededor del 90% de la economía mundial y el 80% del comercio internacional. Ellos son responsables del rumbo del planeta, el cual vive bajo un escenario de destrucción violenta de la vida humana y del medio natural.
Cuando en la escena mundial aparecen personajes como Trump, Miley, Netanyahu, Meloni avalados por sus pueblos para aplicar políticas inhumanas y agresivas contra el medio ambiente, resalta la gran importancia de la participación en este foro de quienes gobiernan buscando lo contrario: el mejoramiento y respeto de la vida humana y la preservación del medio ambiente. En este frente mundial está México representado por su Presidenta Claudia Sheinbaum.
Como se ha demostrado ya, nuestro país ha logrado, desde la llegada de AMLO a la Presidencia en 2018 ubicarse como un país abanderado del respeto a la autodeterminación y soberanía de todos los pueblos del mundo. El liderazgo progresista y pacifista de AMLO ha continuado con Claudia Sheinbaum y su voz sin duda, será recibida con respeto y atención en Brasil; porque además lleva como mensaje principal la propuesta de extender en el seno de los pueblos los programas sociales de inclusión y trabajo y -por su vocación ambientalista- privilegia el programa Sembrado Vida que es la más emblemática de las respuestas frente al caos actual en el mundo.
La paz sólo es posible con la justicia social y se trata entonces de ofrecer condiciones de vida y de trabajo a millones para que no tengan necesidad de abandonar su tierra y arriesgar todo con la migración.
Ir a las causas de la violencia al interior de cada país y en el planeta, exige medidas como las que plantea nuestra Presidenta y eso constituye un contrapeso político evidente frente a quienes apuestan sólo por las élites y por “hacer grandes a sus países otra vez” a costa de los demás sin comprender que ese mundo ya no puede existir y que sólo se podrá avanzar con la inclusión, la tolerancia y la cooperación en el nuevo mundo multipolar que está naciendo en este siglo.