Urandén, agua turquesa
Hace más de quinientos años fuimos invadidos por potencias occidentales que generaron genocidio y epistemicidios (borrado de las formas de pensamiento y saberes). La colonización, para los pueblos y naciones de lo que hoy es América y en particular México, fue, una espiral de violencia, despojo, dominación, y de jerarquización social, donde los mecanismos de opresión se mantuvieron presentes con los procesos de discriminación y exclusión de poblaciones originarias y otros grupos históricamente vulnerados.
“Pese a esto, la forma de entender y organizar la vida más allá de la racionalidad de occidente sobrevivió en silencio. Como quien aguarda, paciente, a que la tormenta deje de arreciar”, expresa Jaime Martínez Luna, es decir, las comunidades originarias han subsistido guardando sus saberes y generando condiciones para el respeto de la Pachamama, como se hizo en los pueblos mesoamericanos a través del modelo del buen vivir, porque conservaron sus usos y costumbres y sus formas de organizase, el concepto de comunalidad, sin individualidad, sin egoísmos que trajo el modelo capitalista.
En Uranden, comunidad indígena Purépecha e isla de campeones mundiales de canotaje, de gente responsable y comprometida, al igual que los habitantes de otras islas sufrieron el estrés hídrico del Lago de Pátzcuaro, como muchos otros vecinos de la zona lacustre. El emblemático e histórico lago poco a poco desde muchos años, refiere el doctor Ricardo Chacón durante su disertación en la Segunda Cumbre Mundial por la Paz, “Sin Agua no hay Paz”, fue perdiendo su nivel de almacenamiento por diversas razones, entre ellas, el azolve, la maleza acuática, los drenajes, así como otras cuestiones, que deterioraron por años el embalse donde habita el pescado blanco, icónico de la zona y actividad primaria de los pobladores como pescadores.
Justamente el proceso de comunalidad de la población que por años han mantenido, fue punta de lanza para iniciar procesos de trabajo en jornadas comunitarias, para atender la problemática que estaban viviendo a inicios de este año; sus salidas de la isla al embarcadero, dejaron de ser utilizadas por que no había agua para sostener una canoa, se secaban día con día dichos espacios antes canales de comunicación, toda vez que, los manantiales se fueron azolvando, razón por la cual se ponía en riesgo la vida comunal.
De esta manera, y con los saberes ancestrales y la ubicación de los manantiales que estaban perfectamente ubicados por los comuneros, se dieron a la tarea de hacer trabajo comunitario y desazolvar dichos veneros; el trabajo de comunidad permitió observar a la Pachamama, cómo devolvía a la comunidad agua limpia, transparente, de un azul turquesa, que llenaba poco a poco sus canales de comunicación hídrica.
En esta temporada de Día de las Ánimas, de Día de los Difuntos visite los manantiales en compañía de Carlos Álvarez y su esposa Vilma ambos de Medellín Colombia, nos entrevistamos con Víctor Camilo, quien amablemente nos ofreció un recorrido por los manantiales donde fluye agua limpia que es vida para el Lago de Pátzcuaro y pudimos observar la capacidad de resiliencia que tienen los habitantes de la isla, para el trabajo colaborativo en donde hombres y mujeres han trabajo de la mano para las adecuaciones de los manantiales, pero adicionalmente para el diseño y desarrollo de nuevos proyectos, al haber generado un performance para el desarrollo de productos turísticos, que permiten el empleo ingreso a partir de sus recursos naturales y sus saberes, usos y costumbres ancestrales conectados con el agua, en esta temporada de mucha afluencia turística internacional.
Con Víctor Camilo, conversamos sobre el trabajo desarrollado desde la organización comunal principalmente y las estrategias que se han generado desde el Gobierno del Estado para coadyuvar a este trabajo colaborativo, que permite comprender la importancia de dar sostenibilidad a los recursos de la naturaleza: el agua, el aire, la tierra, la luz, que en unicidad requerimos los seres vivos: el humano, las plantas y los animales, porque vivimos en unicidad, somos uno en la naturaleza, y es que somos los seres vivos naturaleza, y eso nos debe de quedar claro para cuidarla y respetarla.
El comunero de la Isla, el señor Camilo, y quien está al frente de distintas tareas conversamos respecto del trabajo que realiza en esta zona la organización Deportistas con Causa, de Lázaro Cárdenas, cuyo presidente es Martín Barriga Barriga, organización de base comunitaria que promueve la ecoconciencia y de la cual el que esto escribe es asesor en materia de derechos humanos culturales y de medio ambiente.
Deportistas con Causa, desarrolla acciones a favor de construir espacios saludables, libres de violencia y de promoción del deporte para la sostenibilidad, es decir, para el cuidado del medio ambiente y la cultura física y del deporte, para la ciudad y puerto de Lázaro Cárdenas, Mich.; y ahora dicha responsabilidad social camina para la atención de las comunidades de Aquila, Coahuayana, y la zona de la Costa-Sierra de Michoacán, y en estos momentos para el pueblo mágico de Pátzcuaro y su emblemática y conocida internacionalmente Isla de Janitzio y la isla de extraordinarios deportistas de Uranden.
El trabajo colaborativo que se desarrolla tanto en las islas de Uranden, isla de Janitzio, es con las autoridades auxiliares; y por otro lado, en el centro de Pátzcuaro, el ensamble de bailarines de los Viejitos de la plaza Vasco de Quiroga es quien atenderá dicha actividad de promoción entre la gente que visita la plaza grande; desde luego que hace falta las cámaras de comercio y turismo, así como qué, continúen colaborando las autoridades municipales para impulsar un Pátzcuaro limpio, saludable y sostenible, que fortalezca ahora los diversos productos turísticos que ya se implementan en la Isla de Uranden.
En la isla de Uranden se realizaron actividades de recolección de desechos sólidos, para lo cual se entregaron por parte de Deportistas con Causa, bolsas biodegradables blancas y tenazas para la recolección de los desechos. Se generaron señaléticas dando las gracias por depositar la basura en su lugar, además de poner columpios para las infancias, y lograr de manera respetuosa compartir una preocupación desde la sociedad civil organizada con las comunidades de la rivera del Lago de Pátzcuaro y sus islas, iconos del desarrollo de la comunidad ancestral.