Universo Pyme/Eduardo Torreblanca Jacques
El golpe de timón que no será
Eduardo Torreblanca Jacques
En la columna anterior advertimos que la economía mexicana está cerca de reinsertarse en la inercia económica que tenía en el 2019.
En este año crecerá posiblemente entre 6 y 6.5 por ciento y luego regresará a ritmos de dos por ciento o menos como promedio anual.
La economía nacional, al menos durante junio, presenta un parón en seco, parejo, que contrae la actividad respecto a la realizada en mayo.
Si esto se mantiene como tendencia hacia finales del año el país volverá a ritmos de crecimiento mediocres agregados con presiones inflacionarias que se mantendrán al menos hasta marzo de 2022.
Será una pena, lo digo con toda sinceridad, que el Presidente que expresó el mayor compromiso por atender a los pobres y reducir las pobrezas en la nación, pase a la historia no por haber abatido esas calamidades o establecido las bases para erradicar consistentemente la pobreza extrema al menos, sino por haber obtenido el peor resultado económico desde mediados de los ochenta cuando Miguel de la Madrid consiguió un crecimiento promedio anual de 0.7% con el aumento de pobres correspondiente.
Merece ese compromiso tan marcado y amplio, mejores resultados.
Lamentablemente, el Presidente no se deja ayudar ni tiene oídos abiertos a sus colaboradores que sí conocen del tema económico.
Un Presidente obsecado y sin visión estadista, desaprovechó la honrosa posibilidad de ser un Presidente que tuviera buena inscripción en la historia de México por su aporte de estrategias de políticas públicas que atacaran a la pobreza, pobreza extrema y favorecieran una distribución equitativa de la renta nacional.
Como mexicano me hubiese gustado que los registros anotaran a AMLO como el creador del Seguro del Desempleo, de un derecho universal a servicios de salud y por haber no solo aumentado consistentemente el salario mínimo sino por establecer las bases de una verdadera revolución que abatiera la informalidad o al menos la redujera de manera irreversible.
Nada de eso va a ocurrir y fundamentalmente por un hecho contundente: ya transcurrió la mitad de su administración y lejos de avanzar se ha retrocedido.
Si quiere salvar su sexenio en materia económica tiene que consentir ya que se ejerza un golpe de timón, que por supuesto no va a autorizar
Lo supo Arturo Herrera quien habría propuesto cambios sin respingar al no de su jefe.
Vamos a ver hasta cuando aguanta Rogelio Ramírez De la O., que en el contexto de la presente semana presenta al Congreso los documentos básicos en materia económica para 2022.
Una simplificación administrativa en materia fiscal procura ser el motor de un mejor resultados pero no habrá estímulo alguno a la creación de empleo formal, ni creatividad en la política económica en las regiones del país donde la pobreza es una de las principales calamidades.
Ni política industrial, ni prácticas que articulen a empresas en cadenas productivas, ni esfuerzos porque las Pymes aborden el mercado internacional a partir de sus capacidades como pudiera ser su inclusión en la exportación hacia las naciones del Gran Caribe, ni aprovechamiento de la Banca de Desarrollo o políticas públicas coordinadas en las cadenas de la industria automotriz (que mucho se ha avanzado en eso), la aeroespacial y varias más junto con Canadá y Estados Unidos.
Menos aún se espera fomento de inversiones en la producción de energías limpias, ni articulación de estrategias comunes con los socios comerciales en la materia tratando de aportar con la gran oportunidad que abre a México el compromiso estadounidense en favor de las energías limpias y la producción automotriz solo en el terreno de los autos eléctricos a partir de 2035.
Para no olvidar que grandes multinacionales regadas en todo el mundo en varios territorios tienen la obligación de establecerse en países donde se pueda obtener energía limpia para sus procesos industriales y reducir las emisiones de efecto invernadero.
La sola inscripción de nuestro país en la generación de energías limpias daría oportunidades muy altas de multiplicar las inversiones en territorio nacional y generación de empleos calificados y con buena paga.
Pero todo eso no va a suceder porque no habrá un golpe de timón en materia económica como lo demostrarán los documentos que el próximo viernes pone a consideración de los legisladores para el ciclo del 2022.
Y ojalá estuviera profundamente equivocado.