Trump cumple/Santiago Heyser Beltrán
Acostumbrados en México a tener candidatos, políticos y gobernantes mentirosos ¿verdad EPN?, nos sentimos sorprendidos porque Trump está cumpliendo sus promesas aún antes de ocupar la presidencia de USA.
Llevo años diciendo que el modelo neoliberal, diseñado para el consumo al infinito en un planeta redondo, es inmoral, estúpido e inviable y, que en adición, derivado de la naturaleza humana gandaya, depredadora, abusiva, egoísta y ojete, este modelo se ha prestado para construir poquitos, muy poquitos ricos y un titipuchal de pobres a través de la acumulación de riquezas en pocas manos, derivado ello de un marco jurídico que protege al capital y deja en desamparo a la persona; esto es tan grave y tan obvio, que hoy cualquier pendejo con dinero puede poner empresas extranjeras en México y aprovecharse de nuestras riquezas naturales y de nuestros tratados comerciales explotando la mano de obra barata del pueblo de México, pero los mexicanos no podemos migrar a los países originarios del capital inversor (o invasor), es decir, un gringo puede venir a hacer negocio y ganar dinero en México con su empresa, pero un mexicano no puede irse a vivir a USA libremente (libre tránsito de capitales, pero no de personas).
No debe extrañarte entonces, estimado lector, que me congratule de encontrar a un líder mundial como Donald Trump que luche contra el sistema y trate de echar abajo el modelito neoliberal depredador… ¡No!, no me malentiendas, no me cae bien Trump y lo considero un pendejo soberbio que supo aprovechar las reglas del sistema y sus grietas para hacerse de una fortuna en forma legal e ilegal, pero, el que no me caiga bien no quita mérito a la posibilidad de que con su soberbia y estulticia nos haga un bien minando las bases del modelo Neoliberal que se sustenta en leyes y tratados hechos para beneficiar a los capitales y a las empresas en perjuicio de las personas, de los trabajadores, de los pueblos; me explico: Uno de los activos (valores) más importantes de cualquier empresa es su mercado, es decir, la cantidad de clientes que con poder adquisitivo pueden comprar sus productos, sin mercado (ventas), ninguna empresa vale un cacahuate; si estamos de acuerdo en ello, entenderemos que un tratado comercial de apertura de fronteras y eliminación de aranceles (impuestos), pone a las ordenes de los firmantes los mercados de las naciones comprometidas; en otras palabras, el TLCAN permite que empresas gringas, mexicanas y canadienses usufructúen (les vendan) los tres mercados libremente; hasta ahí suena padre, casi como ganar/ganar, pero no es así, al ganar unos, pierden otros; de entrada el “ganón” será el que tenga más productos para vender, es decir los gringos; también llevará ventaja el que tenga más dinero para anunciarse, producir más, desarrollar nuevos productos y tener mejor tecnología ¿Y qué crees?, pues que también son los gringos; de ahí que dado el diferencial de las economías de cada país, los “ganones” con el TLCAN han sido los gringos que no solo nos venden más cosas, sino que se han venido a México, aprovechando la inmoralidad de poder simular legalmente que sus empresas son mexicanas cuando están en territorio mexicano (lo que obviamente es una falacia y lo estamos viendo con Ford) y de esa manera, no solo aprovecharse del mercado mexicano, es decir, vendernos sus productos, sino explotar la corrupción gubernamental, sindical y legal para pagar sueldos de hambre a los mexicanos y así ganar más dinero, mientras se destruye la planta productiva de los mexicanos… ¡Pero ojo!, de pronto sucedió el milagro: los gringos que ganan al vendernos sus cosas y explotar la mano de obra mexicana aprovechando los recursos de México y dejándonos su basura, pusieron a competir al obrero mexicano, barato y desorganizado, con el obrero gringo, lo que de manera natural bajó los salarios en USA o de plano los eliminó dejando a miles de gringos sin chamba… Y es ahí donde entra Trump y promete recuperar los empleos para los gringos y si es necesario deshacer el TLCAN (y gana la elección), lo que en principio jode a México pero nos obliga a despertar para reconstruir nuestros mercados con un nuevo marco legal y a hacer competitiva nuestra planta productiva con empresas nacionales que paguen buenos sueldos para que los trabajadores puedan ser consumidores, lo que es algo así como recuperar autonomía y soberanía y el camino del progreso al dejar de vivir de las migajas que deja la inversión (invasión y explotación) extranjera con sueldos ridículos.
En medio de este relajo hay un tercer actor, el empresario extranjero (Honda, VW, Mazda, Toyota, etc.) que simula empresas mexicanas para aprovecharse de la mano de obra mexicana y barata y del mercado norteamericano y canadiense a través del TLCAN, pero que no tiene reciprocidad con los gringos en sus mercados.
Conclusión: al cumplir Trump sus promesas de campaña y llevarse a Carrier y a Ford amenazando de pasada a Toyota, nos hace un favor, como el padre que disciplina al hijo güevón para que deje de ser un inútil nos obliga a “despertar”, a pensar en México y a dejar de ver la inversión extranjera como la panacea. Ahora nos toca a nosotros aprovechar la oportunidad corrigiendo el sistema político, legal y de gobierno que es cimiento de la corrupción nacional o desaprovecharla ¡Tú decides!… ¡Así de sencillo!
Un saludo, una reflexión.
Santiago Heyser Beltrán
Escritor y soñador