Trata de personas: el cuerpo como mercancia/Gerardo A. Herrera Pérez
Trata de personas: el cuerpo como mercancía.
Gerardo A. Herrera Pérez
Trabajar en modelos de prevención y posicionamiento de actividades de compromiso y respeto de padres de familia y autoridades será fundamental para contener y en su momento disminuir y eliminar como lo deseable el delito de trata de personas. De esta manera el Organismo Constitucional de los Derechos Humanos trabaja con los municipios de Lagunillas, Huiramba, Acuitzio, Villamadero, Quiroga, Jacona, Zacapu, Tzintzuntzan y otros más, en brindarles los elementos de difusión para la prevención del delito de trata, acción que se realiza a favor.
El Cotrapem, es decir el Consejo para la Atención del delito de Trata de Personas en Michoacán, el cual incluye instituciones de los diversos niveles gubernamentales y de la sociedad civil, trabajan a favor de promover acciones para la prevención del delito, que genera cientos de millones de dólares de las bandas criminales, en el mundo. Estas acciones se insertan en un modelo económico en donde el cuerpo es considerado como una cosa, o sea una mercancía que puede ser un producto o brindar un servicio para quien lo demande, es decir, se sujeta a las leyes de la oferta y la demanda.
De esta manera el modelo económico que tenemos, es decir el Neoliberalismo genera un mercado que ofrece bienes y servicios y todas ellas tienen un precio y están sometidas a las reglas de la oferta y la demanda. Pese a ello, cuando se habla de personas y no de bienes o servicios, o bien cuando le ponemos rostro a las cosas, nombre y apellido, hombre o mujer, con características para colocar en el mercado, es obvio que estamos hablando de un fenómeno que pone a los más vulnerables en condiciones de violentar la dignidad humana y sus derechos y libertades; sobre todo si hablamos de niños, niñas, adolescentes o jóvenes, adultos mayores, pero también poblaciones indígenas.
Hablemos claro, cuando las personas entran en el comercio, cuando se vuelven un objeto, cuando se cosifican y son compradas para la explotación de diferentes formas (Las víctimas de trata de personas terminan en distintas situación de explotación forzada, entre ellas la construcción, actividades de minería, servidumbre, servicios domésticos, venta de productos en zonas turísticas, mendicidad forzada, prostitución forzada, pornografía, matrimonio forzado o servil, actividades ilícitas para el crimen organizado, extracción de órganos y otras más), estamos frente a un fenómeno llamado la nueva esclavitud, que ha seguido vigente desde los albores del primer genocidio en las Américas, con el proceso de Conquista.
La información y formación de los grupos en condición de vulnerabilidad, ya señaladas anteriormente, es necesaria para evitar la invisibilidad de este fenómeno social y evitar que se dé la trata de personas. Es preocupante que la trata de personas se vea desde solo un ángulo, que es el penal, se le considera un delito y por ello se le persigue por distintas estructuras públicas que obedecen mandatos de ley para inhibirlo, de igual manera desde la perspectiva internacional se le da un tratamiento desde el enfoque de la delincuencia organizada, y se puede comprender derivado a que hay una vinculación entre el crimen organizado en todo el mundo, para atender las necesidades de mercado, pero por otro lado recordemos que es el delito con mayor presencia internacional y de mayor impacto económico.
Se considera, desde el pensamiento de la complejidad, que el delito de trata de personas debe de tener otro enfoque aparte del penal, para recibir del Estado mexicano cuando ya se cometió el delito el apoyo a las víctimas, para evitar la impunidad y su invisibilidad, para ello ya existen diversas instancias gubernamentales y desde la sociedad civil, pero se requiere de seguir fortaleciéndolas para que profesionalicen su función pública.
Por ello, será importante seguir trabajando para que adicionalmente al análisis penal y criminal y de delincuencia organizada, se le vea con otro enfoque desde el análisis de los derechos humanos y las libertades, que permita una manera de ayudar a la víctima y de prevenir que no se generen más víctimas; y es que brindar un enfoque desde la perspectiva de los derechos humanos nos obliga a ver que una víctima de trata están en juego sus derechos, entre ellos: la vida, la libertad, su libre desarrollo de la personalidad, su integridad y desde luego la dignidad humana.