Tras bambalinas/Jorge Octavio Ochoa
Elecciones 2018, radiografía de 4 partidos y gobierno de coalición, de facto
Por JORGE OCTAVIO OCHOA.- Para el PRI, la suerte está echada. Su maquinaria electoral está “tocada” según se ve a la luz de los resultados en el Estado de México. Sin embargo, para el PAN y PRD, también la ruta está marcada. Irónicamente, partidos tan disímbolos nunca podrían haber estado tan cerca.
El PRI combinó la mala elección de un candidato (el puro apellido Del Mazo dejaba un tufo de continuismo) con el uso de viejas prácticas para el atraco electoral en Coahuila, aderezada con la pantomima escenificada por los Moreira, que de pronto se han convertido en el símbolo de lo más sucio en el país.
Para López Obrador y MORENA, en apariencia los resultados son excelentes. De la noche a la mañana se ha convertido en segunda fuerza en el bastión electoral más grande del país y tiene por delante muchos meses de campaña, agitando la matraca de un presunto fraude que ahora preconizan todos los partidos. Siendo perdedor, ganó. Pero lo único cierto es que: PERDIÓ.
Puestas así las cosas, los cuatro partidos se encuentran en una verdadera encrucijada, expuestos ante los fantasmas de sus propias debilidades y errores:
1.- El PRI está acorralado y ante la tentación de implementar una gran trampa para enfrentar, sólo, a una posible coalición de partidos, con la triste esperanza de que ésta no se logre. Tendrá que echar mano de todo el aparato de Estado si es que quiere tener alguna posibilidad. La otra alternativa es postular a un candidato SORPRESA o tan impoluto que ni dios pueda impugnarlo.
2.- El PAN se encuentra inmerso en sus propias pugnas internas, con un grupo de auténticos golpeadores, encabezado por el ex Presidente Felipe Calderón, que empujan la candidatura de otra mujer que podría llevarlos al fracaso, por más que digan que hay una actitud discriminatoria hacia ellas. Lo cierto es que Margarita pinta para ser la Josefina del 2018. Su alternativa, la alianza.
3.- Desfondado en la Ciudad de México, torpedeado por MORENA, que le ha robado todo, hasta la dignidad, el PRD se enfrenta también ante la evidencia de que, sin alianza, no llegará muy lejos y, peor aún, podría desplomarse a 4ª fuerza electoral a nivel nacional. Triste su calaca: el camino más seguro a su alcance, es la alianza con el PAN.
4.- Receptor de todos los tránsfugas de partidos, receptáculo de traidores y ratas que huyen de otros barcos en busca del perdón y la absolución, MORENA se convierte en el enemigo a vencer, con el talón de Aquiles de un López Obrador demasiado soberbio, que no aceptará declinar por nadie, aunque la evidencia le diga que sólo así derrotarán al PRI. Pintan para otra gran derrota.
EL FACTOR BELTRONES
Es irónico pero, en estos terrenos pantanosos de la política en México, hay un factor en el que no han reparado muchos, que se mueve tras bambalinas, sondeando la idea de una segunda vuelta electoral o la instauración de un gobierno de coalición de facto, sin reforma constitucional alguna, por el momento.
Ese factor exógeno viene del poderoso grupo de Manlio Fabio Beltrones, vilipendiado por los priistas por un desplome electoral que desde entonces se veía venir, ahora estos buscan pervivir en la política, no con respiración de boca a boca, como el PRD, sino con un mecanismo que les de respiro a todos.
Plantean desde ya, la instauración de gobiernos de coalición, sin necesidad de reformas constitucionales por el momento, pero a través de convenios que obliguen a las partes a comprometer posiciones “clave” que les den márgenes de representatividad y de poder. Esta sería la ruta de salida para muchos priistas que han empezado a entrar en pánico.
A través de acuerdos no escritos, sólo apalabrados, el propio PRI tendría la garantía de no morir de súbito. Se dejaría para el 2018 la discusión de una figura equiparable a la de un Jefe de Gabinete. Sería el contrapeso que se busca en el ejercicio del poder, con una 1ª y 2ª fuerza política gobernante, acompañados de todos los demás.
Aniquilaría, además, el peligro de crear nuevos semidioses, que reinstauren en el 2018 el sistema de partido único que impone su voluntad, como ya se vivió en más de 50 años de absoluta mayoría del PRI. El problema es que, en estos momentos, es el propio PRI el que está torpedeando el futuro de toda negociación a la luz de lo que está ocurriendo en Coahuila.
El PAN no tenía ningún inconveniente en reconocer su derrota en el Estado de México, siempre y cuando se revisaran las anomalías de Coahuila, pero los Moreira empujaron de tal modo las cosas que dejaron la impresión de haber secuestrado al órgano electoral, haciéndole dar bandazos que fueron del triunfo del PAN a la victoria del PRI, con un largo tiempo de silencio.
Ahora, en venganza, han decidido impugnarlo todo y sumarse a las protestas Lópezobradoristas hasta que les entreguen Coahuila, aunque Margarita Zavala la haya dado por perdida un día después de la elección, cuando empezó los ataques virulentos a Ricardo Anaya, dejando ver su tacañería y su ambición mezquina por el poder.
El PRD, como siempre, sólo tiene que sumarse, treparse en la cola del tren, como auténticas sanguijuelas de la política. En estos días se verá hasta dónde llega la soberbia o la cordura. Los tres partidos protestando por dos de cuatro elecciones, para debilitar a un PRI que de por sí ha empezado a cavar su propia tumba.
Lo curioso del caso es que, pese a todo este panorama de desprestigio y caída, el partido en el poder y en particular el Presidente de la República, tendrían la gran posibilidad de abrir negociaciones con 2 de esos 3 partidos y propiciar la anulación de elecciones en Coahuila pero, como ya le entregaron constancia a Riquelme, esto es prácticamente imposible.
Al parecer, Peña Nieto y Ochoa Reza cayeron en la trampa beltronista. Emilio Gamboa dijo desde el senado que el caso Coahuila no estaría sujeto a negociación, no tanto porque les interese el triunfo, sino porque en el marco de la debilidad de Peña Nieto y Ochoa Reza, les será más fácil negociar en lo oscurito con el PAN, sin tener que pedir permiso de nada.