Tras bambalinas/Jorge Octavio Ochoa
En medio de la debacle, un discurso delirante
Por Jorge Octavio Ochoa. Si usted pensó que ya lo había visto todo, está en un error. El presidente de México está a punto de colocarse, a nivel internacional, como uno de los mandatarios más torpes e irresponsables de cuantos hay en el planeta.
La foto de Andrés Manuel López Obrador besando a una niña en plena fase 2 de la entrada del coronavirus en el país, seguramente habrá dado la vuelta al mundo cuando usted lea estos párrafos.
El fin de semana terminó con 41 casos confirmados, distribuidos en 14 entidades, 17 de ellos en la Ciudad de México. Los centros comerciales se vieron atiborrados en una especie de pánico y compras descomunales de rollos de papel higiénico.
Las autoridades federales informaron que empezarían a aplicar medidas de “intervención” para prevenir la epidemia. Sin embargo, paradójicamente, el gobierno federal y el capitalino fueron los únicos que desoyeron.
Claudia Sheinbaum, definitivamente se negó a cancelar el “Vive Latino”, mientras la Federación Mexicana de Futbol anunciaba la suspensión de partidos a partir de este lunes y CityBanamex cancelaba todos sus eventos.
Igualmente, mientras la Secretaría de Salud anunciaba el incremento de medidas de “distanciamiento social”, López Obrador se paseó por el interior del país, esparciendo abrazos y besos, a población abierta, sin protocolo de salud alguno.
En medio de la debacle económica, política y social, el presidente de la República enderezó un discurso delirante: “A México no le van a hacer nada los infortunios, las pandemias”, como queriendo exorcizar a los demonios desatados.
Sabedor de la desdicha que se avecina, López Obrador completó su discurso con plegarias: “Tengo mucha fe de que vamos a sacar a nuestro querido México adelante, no nos van hacer nada los infortunios, las pandemias. Nada de eso. Vamos a sacar adelante al País”.
En medio de la emergencia, soltó frases inexplicables: “cuando no hay corrupción el presupuesto rinde, alcanza”. Mientras, su equipo de comunicación social se empeñaba en difundir imágenes de las masas recibiendo entusiastas al patriarca nacional.
En pocos minutos, la foto del beso a la niña, en plena emergencia, dio vueltas por las redes sociales, con reproches generalizados y la desesperada reacción de sus comunicólogos para enderezar lo que al poco rato se convirtió en otra catástrofe.
Otra vez lo crucificaron, con una estúpida estrategia en la que tratan de subrayar la gran popularidad de AMLO, en momentos en que algunas encuestas lo colocan ya en índices de aceptación inferiores al 47 por ciento.
Sus ideólogos y asesores (si es que los tiene) han dado muestras de agotamiento. No encuentran la fórmula para contrarrestar noticias sobre el desplome económico, con índices de crecimiento que no llegarán ni al 0.1 por ciento según los especialistas.
Aun así, le escriben discursos dubitativos, titubeantes, inexplicables para un momento como el actual:
“Nuestro país es uno de los países que más cultura tiene en el mundo, por eso resistimos, salimos adelante y podemos enfrentar cualquier adversidad ante terremotos, inundaciones, epidemias, malos gobiernos, corrupción. Todas esas calamidades las podemos enfrentar”.
Nadie en el gabinete presidencial, advirtió que en Estados Unidos empezaban a tomar medidas implacables, como la suspensión de vuelos provenientes de Europa, la cancelación de eventos masivos y las alertas a sus ciudadanos sobre viajar a México.
Los saldos de la semana, por tanto, son profundamente negativos. Al margen de la pandemia, México se desenvuelve dentro de otra desgracia. En Pemex, Tabasco, ya van 7 muertos y 52 hospitalizados por el suministro de medicamento contaminado.
El director de Pemex, al igual que el Secretario de Salud, han desaparecido literalmente del panorama noticioso. Se han ocultado, se han desentendido, tanto de la pandemia como de la negligencia médica.
Otra que ha desaparecido de la escena nacional, es la presidenta de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), Rosario Piedra, que algo podría haber dicho ya sobre el caso de Pemex; o la secretaria de la Función Pública, Eréndira Sandoval.
Ambas han guardado silencio, “como momias”, parafraseando al propio Presidente López Obrador, quien gusta mucho de utilizar esas palabras cuando habla de ese enemigo ignoto que sólo él conoce: “los conservadores”.
Pero eso sí, el esposo de doña Erendira, John Ackerman, todavía tuvo a bien subir el polémico video donde el presidente besa a la niña y encabezar su twitt: “¿No que se había reducido la popularidad de nuestro Presidente?”
Todo esto configura un panorama de auténtico desastre político para AMLO. En la CNDH renunció un miembro del Consejo Consultivo por tres razones que ponen a Piedra Ibarra en la mira por su profunda incapacidad:
- 1.- Obstrucción a las atribuciones del Consejo Consultivo
- 2.- Desapego e inobservancia del marco legal aplicable
- 3.- Omisiones que se han traducido en que la CNDH no cumpla cabalmente con la misión constitucional de protección de los derechos humanos de las víctimas
En la Cámara de Diputados, Porfirio Muñoz Ledo literalmente reventó contra Morena y la 4T, luego de que sus compañeros de bancada votaran contra una reserva por él presentada, para modificar el dictamen de reforma al artículo 4 de la Constitución.
Muñoz Ledo pretendía añadir un párrafo al artículo 4 constitucional para garantizar que la prioridad del Estado mexicano sería obtener recursos para “lograr progresivamente el Estado de bienestar”.
Es decir, simplemente pretendía darle un marco lógico y congruente a la iniciativa del Ejecutivo Federal de elevar a rango constitucional la entrega de recursos económicos para su estrategia de bienestar social. Pero lo desecharon.
Entonces Muñoz Ledo explotó. Afirmó que existe una “dictadura silenciosa” y los miembros de Morena sólo son hipócritas y lambiscones que sólo buscan quedar bien con el primer mandatario.
Para llenar finalmente el cáliz de cicuta, el martes 10 de marzo, a las 23:37 horas, el tren No. 33 del Metro de la Ciudad de México se impactó contra el tren No. 38 debido a fallas técnicas, derivadas del envejecimiento de los equipos.
Las autoridades hablan de fallas en el sistema de frenado, pero las evidencias indican que hubo falta de previsión que durante años acumularon los gobiernos del PRD en la capital de la República, que casualmente estuvieron bajo la égida de quienes hoy nos gobiernan:
Andrés Manuel López Obrador
Marcelo Ebrard
Claudia Sheinbaum
Todo mal, muy mal.