Tras bambalinas/Jorge Octavio Ochoa
La campaña electoral de Morena se coordina desde Palacio Nacional
Por Jorge Octavio Ochoa.- Día tras día, sobre cualquier tema y bajo el paraguas del "neoliberalismo y los conservadores", desde Palacio Nacional el Presidente de la República encabeza la andanada contra los partidos de oposición en abierto apoyo al partido por él creado: MORENA.
Sin pudor y ante la mirada omisa e inerme del Instituto Nacional Electoral (INE), el Primer Mandatario va minando poco a poco los últimos bastiones de PRI, PAN, PRD de los que dice: "están derrotados moralmente"; y así el Jefe del Ejecutivo Federal sigue su paso inexorable a la entronización no de un sistema, sino de un nuevo partido.
Lo peor, es que esa oposición -mencionamos sólo a tres porque los demás no valen ni la referencia- fraguaron golpe a golpe la coraza de impunidad y corrupción que hoy la 4T quiere arrancar, en medio de una cruzada que amenaza las libertades individuales y augura toda una era de represión y persecución política y fiscal.
La semana pasada decíamos en este mismo espacio, que el nuevo régimen busca desbaratar todo un entramado de negocios ilícitos y empresas fantasma que surgieron al amparo de esos 3 partidos fundamentalmente, aunque también fueron beneficiarios el PT, PVEM y Nueva Alianza, partidos en los que no existe ética ni moral.
En estos últimos siete días, el presidente enderezó una de las más duras críticas de toda su carrera. Desde Palacio Nacional, se lanzó contra la oposición en la Cámara de Diputados y a tabla raza, los acusó de "defender a los defraudadores" y oponerse a la iniciativa para castigar a los falsificadores de facturas.
"Eso de las facturas falsas empezó hace algunos años y proliferó en el país; y desde luego todas estas cosas fueron protegidas, es decir, había respaldo político. Pero llegar al extremo de que los legisladores se opongan a que se castigue a defraudadores, muestra que tienen problemas esos partidos..."
Así, de corridito, con su hablar lento pero sentencioso, dijo que esos partidos "tienen una profunda descomposición al interior, no es la moral la que los guía" y se siguió: "Es una vergüenza que un partido esté defendiendo estas cosas y así se la pasaron durante todo el periodo neoliberal, levantando la mano o oprimiendo el botón..."
"Votando para reformar leyes, reformar la Constitución y permitir el saqueo de México. Y todavía se atreven a autonombrarse representantes populares. ¡Farsantes, simuladores, arribistas, politiqueros, corruptos, etcétera, etcétera, etcétera", remató el Mandatario, con lo que dejó cerrada toda posibilidad de diálogo con esos partidos.
Aquí, el problema es que la descripción es rotundamente cierta, y dibuja de cara y de perfil a esos partidos... pero también al que fue suyo. Lo que olvidó decir López Obrador, es que el PRD se prestó a esas simulaciones cuando él fue líder y posteriormente cuando fue jefe de gobierno del Distrito Federal.
Desde la década de los 80, cuando Carlos Salinas de Gortari llegó al poder a través de un fraude descomunal, se empezó a gestar esa descomposición de la que ahora habla, con el surgimiento de empresas que florecieron a la sombra del crimen organizado, del narcotráfico y del lavado de dinero.
Insistimos, no es un hecho aislado que se nos informe del hallazgo de 150 empresas factureras que propiciaron en México el lavado de dinero y la evasión fiscal.
Esto implica que en México existen alrededor de diez mil empresas que han operado con casi 9 millones de facturas apócrifas por un monto de 1.6 billones pesos, lo que significa una evasión de 354 mil millones de pesos, equivalente a 1.4 del PIB.
Sí, pero el PRD, siendo él miembro del mismo, se benefició de esas triquiñuelas. Sólo habría que ver cuántas facturas falsas presentó el PRD en las campañas electorales, ya con López Obrador a la cabeza y cuántos impresores de pendones y pasacalles del Sol Azteca, pertenecían al mismo partido al que le vendían productos y entregaban facturas falsas.
Se trata pues, de un descomunal monstruo de mil cabezas al que sí, hay que poner un punto final, pero la cuestión es que ahora puede cargarse entre las patas a la sociedad civil, que difícilmente puede llevar su contabilidad y que menos podrá detectar si alguna de las facturas que les entregan es falsa.
Decíamos la semana pasada, que el panorama general es casi dramático, porque la economía nacional vive una profunda atonía y los números del paquete económico para el próximo año no cuadran, no parece haber fondo para obtener el dinero que se necesita, a menos que... ¡venga una cacería fiscal! Pues, agárrense: está por empezar.
Los motivos nobles de la 4a Transformación que pretende instalar, están inmersos en una serie de perversiones que implican, a toda costa, el apuntalamiento de MORENA como el nuevo partido de Estado, desde el cual se puedan iniciar leyes, vigilar acciones e imponer medidas disfrazadas de democracia y legalidad.
Hoy mismo, la actitud del Primer Mandatario es perversa e hipócrita, porque desde el mismísimo Palacio Nacional y a la vista de todos, empieza a coordinar la campaña electoral de MORENA del año próximo, consciente ahora que los índices de su partido no van a la par con su popularidad.
El Presidente de la República se ha dado cuenta que su partido se empieza a rezagar y la ciudadanía ya ve con recelo muchas de sus actitudes y las declaraciones de líderes regionales que, con pocas luces, hablan de reelección, o de aplicación de leyes "garrote" porque ahora ellos son la nueva mayoría.
Pero lo cierto es que las cosas no van bien en México, ni para MORENA ni para nadie, porque el Presidente, de manera consciente, ha mezclado su tarea de gobernar, con la misión de un pastor evangélico que reparte o quita pecados, que perdona o castiga, porque él es el amo y señor.
Eso, de ninguna manera va con el papel de un estadista; su pretensión de pasar a la historia juega el delicado equilibrio de hacerlo como dictador o como demócrata. El problema es que, para esto último, necesita también tender puentes de diálogo con sus opositores, a los cuales cada día ofende con mayor fiereza.
Y no es bueno el panorama cuando vemos que MORENA, contra todo lo que pueda decir su fundador y creador, es un partido tocado por el Diablo, con varios de sus liderazgos regionales vinculados con el crimen organizado, como lo han denunciado por igual PAN y PRI, con nombres y señales, sabedores de lo que hablan, porque ellos los conocen.
En Baja California, sí, ahí donde se quiere llevar a cabo el primer experimento de prolongación de mandato, el PAN denuncia a dos personajes ligados con el crimen organizado: el abogado Humberto “El Pato” Valdez Ramos y el empresario Amado Cruz Anguiano, ambos de Tijuana, que apoyaron la campaña de Bonilla.
El presidente del Comité Directivo Estatal del PAN, José Luis Ovando Patrón, asegura que el primero trabajó para el Cártel de Sinaloa y el segundo para el Cártel de Tijuana. Humberto Valdez Ramos, es abogado de (Joaquín Guzmán Loera) “El Chapo” Guzmán, también está en la campaña (de Bonilla) Amado Cruz Anguiano, detenido por vínculo con los Arellano Félix y estuvo en la cárcel casi cuatro años, aseguró.
Incluso, el dirigente panista dijo que Humberto Valdez fue citado por José Ramón Velásquez Molina, ex comandante de la Policía Ministerial del estado y guardaespaldas de Ernesto Ruffo Appel en dos videograbaciones, como integrante de un grupo especial de la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE) que daba “protección” en Baja California al Cártel de Sinaloa.
Velásquez Molina, fue privado de su libertad, torturado y ejecutado por presuntos sicarios al servicio de los hermanos Arellano Félix, quienes lo video grabaron. (La Silla Rota)
Esto se suma al ya de por sí polémico expediente de Rigoberto Salgado Vázquez, delegado de Tláhuac, familiar del narcotraficante conocido como "El Ojos", que estaba en la nómina de la delegación y a quien dejó operar libremente en dicha demarcación para extorsionar y asesinar a comerciantes que se negaban a pagar el derecho de piso.
O al de José Luis Abarca, candidato de AMLO a la alcaldía de Iguala en Guerrero, miembro del Cártel Guerreros Unidos, actualmente en la cárcel; o al de Carlos Lomelí Bolaños, aspirante a gobernador de Jalisco, a quien se le ha mencionado como parte de un Cártel dedicado lavar dinero de grandes personalidades de la política y el mundo deportivo.
También hay otros como Miguel Ángel Almaraz, coordinó la campaña de AMLO en Tamaulipas en el 2006, miembro del Cártel de Los Zetas, actualmente detenido; o Ricardo Gallardo Cardona, "El Pollo", edil de Soledad de Graciano Sánchez en San Luis Potosí, que estuvo en la cárcel, acusado por el presunto desvío de 200 millones de pesos y vinculado al Cártel de Los Zetas.
También se menciona a Sergio Schmidt Sandoval, "La Pistola", parte del equipo de campaña al gobierno de Jalisco, presunto operador financiero del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) y actualmente en la cárcel. Todos estos personajes han sido mencionados en las redes sociales, sin que aparezca desmentido alguno.
No, no es bueno el panorama político y social... menos aún cuando el Presidente se sigue comportando ya ni siquiera como líder de partido, sino como jefe de pandilla, que lanza mofas y epítetos como si fuera un chiste dominguero. "¡Fúchila! ¡Guácala!"; ¡Farsantes, simuladores, arribistas, politiqueros, corruptos".
Reparte dinero y bienes como si fuera el dueño. Se ha convertido en el nuevo gran inquisidor. Mal, muy mal estarán las cosas para México si el Presidente de la República no encabeza una verdadera reconciliación y sigue con el reparto de los panes, pero sólo entre sus huestes.