Tras bambalinas/Jorge Octavio Ochoa
A persignarse todos y pedir a Dios
Inmerso el Presidente en una voluntad a prueba de fuego, hoy tenemos en ciernes: una Guardia Nacional, una refinería, un aeropuerto, 100 universidades y un megainternet.
Ese voluntarismo sólo tiene un mensaje: esto no es una simple transición, es un cambio de régimen que durará más de 30 años. Y por el nivel de persistencia, de los dichos y los hechos, podemos decir que "la suerte está echada".
Es un proceso de depuración, que va más allá del mero cambio de leyes. Se pretende instaurar toda una filosofía, una cultura, una ideología cuyo eje de acción será, como ya nos lo ha dicho hasta el cansancio, el combate a la corrupción.
Es un plan de largo aliento, en el que todos los mexicanos estarán bajo el escrutinio de una nueva mayoría que decidirá a través de consultas, incluso a mano alzada.
La nueva Constitución Moral que prepara el nuevo régimen, está ideada para ello, y contemplada la creación de cuerpos civiles de vigilancia. que se encargará de denunciar la corrupción donde esta exista.
Es decir, un aparato engranado para impartir Justicia y Ley desde arriba, apoyado en "el partido", con regimientos de fieles que serán los sensores de las buenas conductas.
Se plantea pues, una especie de dictadura popular, donde las mayorías mandan, siempre y cuando no vayan en contra de la voluntad superior, porque entonces el resultado puede ser otro.
Puestas así las cosas, el cambio se está dando, nos guste o no. La reformas educativa y laboral son la primera piedra de toda una nueva estructura política. Esto implica una de tres:
Se piensa reelegir
Planea instaurar a Morena como partido de Estado
Ya tiene decidido a su sucesor
Los planes que se proponen son de largo plazo, que plantean una serie de cambios que ya se están dando, incluso en el mundo académico e intelectual. A la luz de los dichos y los hechos, nadie se podrá dar por sorprendido ni engañado.
A fin de año viene el relevo en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y se perfilan dos cercanos a AMLO: Rosaura Ruiz y John Ackerman, que impulsarán el proyecto de las 100 universidades.
Las próximas elecciones tampoco serán una sorpresa, Morena empezará a teñir de guinda el territorio, por obra y gracia de un pueblo que se hartó de la soberbia e indolencia del PRI, PAN y PRD, que sólo administraron la corrupción.
Tres décadas de gobiernos fallidos, "amafiados" con el crimen organizado, hoy tienen como colofón varios sucesos graves, enmarcados por el silencio o la omisión de López Obrador en "las mañaneras". Todo a sangre y fuego.
Dos luchadores sociales y un líder sindical relacionado con la Petroquímica, asesinados. Cuatro entidades totalmente rebasadas por la violencia y la impunidad: Morelos, Veracruz, Guanajuato y Puebla
Los asesinatos de Leonel Díaz, opositor a la hidroeléctrica en Puebla y Samir Flores, opositor a la termoeléctrica en Morelos, son un mal augurio o quizá sólo un aviso.
EL TONO Y EL LENJUAJE, MEXICANOS ANTE EL ESPEJO
Así pues, los mexicanos se encuentran hoy ante el espejo. Muchos podrán ver el rostro de lo que crearon, por acción u omisión. Se quedarán mirando por el retrovisor, pensando en andar o desandar los pasos que ya una vez dieron.
Más del 90% de los mexicanos participaron en una corruptela, pequeña o grande; quizá sólo los marginados puedan sentirse libres de culpa, porque nadie les dijo cómo, dónde o con quién ir.
Según los criterios del nuevo régimen, el combate va de fondo en un país donde la frase "la corrupción somos todos" tiene absoluto sentido… y esto implica comunidades, barrios, colonias, familias.
Sobre advertencia no hay engaño. El lenguaje ha sido claro desde el principio; tan nítido que por diáfano resulta escandaloso. No hay vuelta atrás; en este gobierno pasarán cosas, que no les gustarán ni a los que hoy adoran al "Señor".
A eso viene la Guardia Nacional, entonces sabremos lo que es amar a Dios en tierra de apaches. Y sí, por momentos pareciera que la "mano dura" será el único remedio para aplacar todos los demonios en un país tan corrupto y tan violento.
El tono y el lenguaje están fielmente plasmados, en la forma de expresarse de algunos líderes políticos y representantes del nuevo gobierno: Javier Jiménez Espriú, Tatiana Clouthier y Elena Poniatowska.
El escarnio, el despotismo, y la exaltación divina, en un "diálogo circular" que emociona a los fanáticos y enfurece a los críticos. Los mexicanos merecen lo que viene por dos razones: por corruptos y por fanáticos.
Nunca pensé que todos los que están contra AMLO fueran a la marcha, pero sí… , ¡FUERON TODOS¡ fue la respuesta del Secretario de Comunicaciones y Transportes, a manera de burla por el volumen de asistentes.
"Tiene usted trabajo ¿no?; tiene un micrófono en la mano" fue la respuesta brutal de una mujer no menos brutal a un reportero que se autoemplea, porque simplemente ya no encuentra fuente de trabajo.
"Mira Mamá, yo creo que has de estar muy contenta. Has de estar sintiendo que México ha cambiado mucho. Qué México va por un camino que nunca recorriste con los Presidentes anteriores, con el gobierno anterior. Mira mamá, creo que somos muy felices aquí…"
Fue la crónica de un diálogo de ultratumba de la escritora y periodista, patética por el grado de adoración y misticismo que esta encierra, en un país donde el fanatismo ha dado pie a tantas infamias.