Tras bambalinas/Jorge Octavio Ochoa
TRAS BAMBALINAS.- Así no Presidente, así no. No somos iguales
Por JORGE OCTAVIO OCHOA.- Los hechos de los últimos días, los signos de intolerancia, marcan un sendero escabroso que coloca a los mexicanos en una disyuntiva grave: terminar rápido con este nuevo gobierno.
Si entramos de rondón por el camino de un sistema plebiscitario, exijamos desde ahora que el nuevo régimen cumpla su promesa de introducir una reforma para que a mitad de sexenio podamos votar por la revocación de mandato.
Si se armó con tanta futilidad una consulta que sólo abarcó a los simpatizantes de MORENA, pidamos que se prepare otro ejercicio similar para la construcción del Tren Maya.
Que se prepare al INE desde ahora para decidir si queremos que sigan en el poder nuestros gobernantes, desde alcaldes hasta Presidente de la República, senadores, diputados.
Si tanto dice que "el pueblo no se equivoca", démosle desde ahora ese poder inconmensurable y que se sometan a la posibilidad de que un alud de votos sea la respuesta. No hay fraude posible que resista eso. Ya lo vivimos en julio pasado.
El fondo del problema es que en los últimos seis años se han sumado tantos errores y fracasos de la clase política que, juntos, habrían bastado para construir las 10 universidades que pretende construir López Obrador.
Además de la pifia monumental de Marcelo Ebrard con la Línea 12 del metro, que les costó a los mexicanos más de 10 mil millones de pesos, habría que sumar otros desbarros cometidos por el PAN Y por el PRI.
La Refinería Bicentenario, que modificó el régimen de propiedad social de la tierra a propiedad privada tanto en Hidalgo como en Guanajuato en medio de una sorda pugna entre gobiernos, costó al país 9 mil 612 millones de pesos.
La cancelación del proyecto de construcción del tren rápido México-Querétaro costó 11 mil 300 millones de pesos
Tantos fracasos en fila de nuestra élite política, son la muestra fehaciente de que tenemos un sistema político que ni es democrático, ni es equitativo, ni contiene una lógica de reflexión sobre los pros y contras de estos megaproyectos.
Ahora, con el tema de la pseudo consulta, que evidentemente fue una vacilada manipulada por MORENA, se abre un nuevo debate sobre otro "error de cálculo" de las "mentes brillantes" que dieron el SÍ por Texcoco.
Más de 1,500 millones de pesos invertidos, tomados de la TUA aeroportuaria que pagan todos los viajantes están a punto de irse a la basura. ¿Quién se equivocó esta vez? ¿Quién pagará los platos? Nadie. Esa es la constante.
Pero, como si se hubiera tratado de un ejercicio limpio y transparente, el Presidente Electo despertó y dijo que sólo los "camajanes" y los "fifis" se opusieron a la cancelación de Texcoco, dividiendo nuevamente a la sociedad.
¿En qué parte del pueblo coloca, señor Presidente, a los "camajanes" y "fifis"? ¿Por qué a estos no les asiste el derecho de pronunciarse en contra sin ser caricaturizados? ¿Los "camajanes" y los "fifis" serán los apestados de este sexenio?
¡No señor Presidente, así no. Usted no se puede dirigir así a ninguno de sus gobernados. No somos iguales. Usted tiene un poder inconmensurable y no es la insolencia ni el sarcasmo, el modo con que debe responder.
¿Que pueden esgrimir ante usted los que no simpatizan con MORENA o los que no están de acuerdo con su prédica política? Nada, porque su poder es tal que hasta con burlas puede acallarlos. No señor Presidente, no. No somos iguales.
Si la consulta será el mecanismo imperante durante su mandato, debe pensar desde ahora en la creación de un gran Consejo Consultivo Nacional, donde los grandes sabios, los máximos cerebros revisen todos los proyectos sexenales y una vez aprobados ahí, ya no pueda haber marcha atrás.
Ya basta de ocurrencias y de errores multimillonarios que sólo afectan a ese pueblo al que usted tanto alude.