Tras bambalinas/Jorge Octavio Ochoa
Vivir en México... y en campañas políticas
Por JORGE OCTAVIO OCHOA.- Es como entrar a un embudo. Al túnel de un futuro que no llega. El espacio se acorta o se alarga. Es como un mal sueño en medio de la febrícula, donde las voces se repiten y todo nos parece haberlo vivido, haberlo escuchado ya alguna vez.
En la periferia, en las conurbaciones, es donde más se siente la presencia y el abandono de esos que buscan el voto. De ellos sólo quedan algunas bardas olvidadas, que repiten una y otra vez a los ojos del que pasa, la promesa que nunca se cumplió.
Conglomerados del lumpen y la pobreza, vecinos ahora de las imponentes torres donde se levantan y se extienden lujosos parques residenciales, para la élite del poder, que quiere vivir el estilo afrancesado.
Son los mismos, de todos los partidos, que ahora le prometen seguridad, trabajo, mejores sueldos, pensión de retiro, becas de estudio: en universos paralelos, porque la violencia nos sigue agitando.
Hemos tenido que auto-emplearnos y Hacienda nos hunde con impuestos; la pensión es una dádiva de mil pesos; las becas y las universidades son una leyenda porque: ni existen unas, ni se gradúa nadie de las otras.
Pero los mexicanos quieren creer, aunque la fuerza de la realidad nos abofetea una y otra vez la cara. Los hechos están a simple vista y revientan con toda brutalidad en las inmediaciones de Naucalpan, en la carretera vieja hacia Toluca.
En nuestras calles, en nuestros barrios. No se necesita caminar más de 100 pasos para encontrar alguna ilegalidad, algún tipo de violencia soterrada:
Puesteros que se roban la luz impunemente conectados de cables de alta tensión en plena vía pública; taxis pirata que esperan en Sitios permitidos por las delegaciones; vendedores de mercancía pirata o robada.
Pero esos son los delitos menores, los que comete la gente en medio de la desesperación.
Los más graves son los delitos de cuello blanco, los que roban poco a poco el patrimonio de la nación para venderlo a unos cuantos. Y no se trata sólo del petróleo, del agua. Hay una ataque silencioso y organizado sobre la tierra.
Así como el PRI permitió durante generaciones la explotación de bosques, lagos, minas, mares y playas a capitales extranjeros, así ahora el PAN, PRD y los representantes de MORENA preparan ese gran asalto sobre los bienes de la nación.
el caso del muchachito insolente, Ricardo Anaya, el debate no es sólo si participó en una ingeniería de lavado de dinero, sino en por qué algunos políticos pueden recibir recursos del erario para fundaciones de las que nadie conoce sus obras.
POR SUS OBRAS LOS CONOCERÉIS
Además de traidor, Anaya es antiético e inmoral. La fundación humanitaria por él creada generó poco y en realidad no ayuda en nada a combatir la pobreza y la marginación descomunal que vive México. Sólo sirvió para generar sueldos de su burocracia.
Pero Andrés Manuel y sus lacayos tampoco son hermanitas de la caridad: amen de haber arrancado la fiebre de los 2o pisos que benefician a los que tienen auto propio, inició con Marcelo Ebrard el explosivo y desordenado crecimiento de la CDMX.
El desorden urbano empezó ahí, de la mano de grandes constructores y banqueros, a los que los ahora candidatos se inclinan reverentes, porque ahí está la verdadera fuente de sus ganancias y de sus "moches" por obra permitida.
El reportaje del periódivo 24 Horas es impecable, sólido y en más de un 80%, incontrovertible. Por eso no hubo desmentido ni respuesta alguna de los involucrados. López Obrador sólo desvía la vista de lo que no quiere ver.
AMLO y Ebrard recurrieron, durante sus gobiernos, a las expropiaciones, a los permisos, las condonaciones, para empujar mega-proyectos millonarios que ahora tienen privatizada vorazmente a la ciudad.
Con Marcelo Ebrard, algunas constructoras obtuvieron condonaciones hasta del 80% por derechos de manifestación de construcción y de autorización del uso de agua y drenaje. Usted trate de hacer una pequeña obra en su casa y verá cómo le va.
Desamparados, por la reserva de datos hasta por 10 años, lo chilangos no conocerán -hasta el 2020 si bien nos va-, el fondo de los negocios y transacciones realizadas por Andrés Manuel López Obrador y Marcelo Ebrard.
Sea como sea, el periódico 24 Horas reveló el 5 de marzo, datos específicos de estas transacciones, que fueron impulsadas por el hoy candidato presidencial a través del mecanismo de expropiación o concesión a cambio de obras viales.
Eran obras que presuntamente beneficiarían a la ciudadanía, pero que en realidad redundaron en ganancias millonarias para las constructoras. porque los capitalinos seguimos viviendo las mismas desgracias, en medio de manifestaciones y bloqueos que, además, ellos mismos promueven.
EL QUE ESTÉ LIBRE DE CULPAS
La cuestión es ¿Por qué el gobierno de Peña Nieto no contraataca con eso a sus adversarios? Pues porque están en el mismo enjuague. Las constructoras no sólo regalan predios y "casas blancas". Los "moches" son millonarios, permanentes e in-fiscalizables. ¿Quién puede saber, por ejemplo, cómo se reparten los dividendos de Telmex?
Sí, el cambio en México ha iniciado, pero hoy todos se han alineado por la derecha, porque de ahí surten los recursos para mantener 12 años de periplo por todo el país; el dinero limpio para lavar el sucio en Fundaciones Humanitarias.
Las migajas las toman del erario, del rubro de Desarrollo Social, para el reparto de despensas, tinacos, lavadoras y lap tops justo al arranque de campañas para abofetear más la dignidad de los mexicanos; 726 millones de pesos este año, tan sólo en la Ciudad de México.
Pero si usted cree que el reparto tiene fines altruistas, mejor desengáñese y NO espere que toquen a la puerta de su casa. Sólo será en delegaciones donde PRD Y MORENA disputarán a sangre y fuego la permanencia:
Coyoacán, Iztapalapa, Tláhuac y Cuajimalpa donde habrá plata, voto o plomo; calzado, útiles escolares, tinacos, tablets y dinero para el financiamiento de negocios, impermeabilización de viviendas, mejoras en unidades habitacionales
Ellos reparten las miserias y se quedan con las ganancias. Sus mesías aconsejan: "si te dan, recibe", por eso es que ni sus manos ni su plumaje se manchan ¿Pero y su moral?
En el juego de la política, la dignidad es un postre que se deja para los ratos de ocio. Pero sigue, triste mexicano, desgárrate las vestiduras defendiendo a tales o cuales. ¿Serás capaz de derramar sangre por eso?
Al final te darás cuenta: todos perdieron.