Tras bambalinas
REELECCIÓN Y PODER
La reelección, a la luz de los hechos, ha sido una de las reformas más retrógradas y miserables de la actual clase política, que cerró las puertas a nuevas generaciones. La élite decidió acaparar los puestos, así sean ínfimos.
Haga lo que usted haga, a partir del 2024 en México seguirá gobernando una élite de políticos que ahora, igual que antes, se repartirá el poder en partidos, grupos, fracciones, tribus y familias.
Los Alitos, Markitos, Chuchitos de la nueva oposición. Lo mismo ocurre ahora en Morena, depósito de tránsfugas y personajes impresentables, que además se burlan de ese “pueblo bueno” al que dicen representar.
Tenemos a la vista Taxco, Chilpancingo, e Iguala; o la Ciudad de México, donde los diputados locales de Morena, rompieron el quórum de una sesión del Congreso, para no solicitar a la Fiscalía agilizar las investigaciones de un caso tristísimo.
La madre de las dos hermanas que murieron al caer en una coladera sin tapa en Iztacalco, sigue hasta la fecha, en espera de respuestas y castigo para los responsables de un error cometido en una alcaldía gobernada por ese partido.
¿POR QUÉ TENEMOS QUE VOTAR?
Sin embargo, contra viento y marea, tenemos que votar. Es la única vía para contener las desgracias. El sufragio es el único instrumento para frenar la entronización de un nuevo Poder.
Hemos hablado de Golpes de Estado, pero en México se ha registrado una cesión de privilegios nunca antes vista. Las Fuerzas Armadas, en los hechos, están por convertirse en el auténtico 4º Poder, con todo lo que les ha dado AMLO.
Poseedores de al menos 5 fideicomisos, entre el Ejército y la Marina manejan la friolera de más de 125 mil millones de pesos, sin contar el presupuesto anual que les asigna el Congreso.
Pocas instituciones poseen tal volumen de dinero. Ni los otros dos Poderes. Esto es lo que debe tener usted en cuenta, durante esos minutos de soledad, el 2 de junio próximo, para decidir su voto.
No es broma. Este 2024 decidiremos el futuro del país para por lo menos 20 años. Muchos pensarán que es inútil, pero recapacite usted un poco. De los más de 100 millones de votantes que somos, al menos 65 millones no ha decidido.
EL BACHECITO Y EL MACANEO
Nada está decidido, y nunca como ahora, el voto servirá para sancionar conductas indebidas o negligentes de esos que, cada 3 o seis años, prometen servirnos. Ante la ausencia de un buzón de quejas, usted puede hacer patente su inconformidad.
Ahí usted decidirá si la violencia generalizada es sólo un “bachecito”, como dijo el alcalde de Taxco, Mario Figueroa, que se encontraba en Madrid, mientras el municipio permanecía azotado por el crimen organizado.
Lo peor del caso es que ese sujeto, Mario Figueroa, es un conocido comerciante de quesos en la zona, de quien se dice que controla la distribución de lácteos, huevo y carne de pollo y res, y quien no obedece “se atiene” a las consecuencias.
También será ante las urnas, donde usted decidirá si es honesto y ético, irse a jugar beisbol y “macanear”, cuando en Chilpancingo, los niños son reclutados para tomar las armas y defender a sus pueblos del crimen organizado.
Esa imagen, de niños armados con escopetas, que dio la vuelta al mundo, es motivo de mayor escándalo, que la queja de un gobierno que lleva 5 años diciendo que el gobierno anterior desató una guerra sin control.
CANDIDATOS CORCHOLATA
Las candidaturas a Senadores, diputados federales y locales y alcaldes, nos demuestran que todos los partidos olvidaron a la sociedad y privilegiaron a sus militancias: Morena, PT, PVEM, MC, PRI, PAN, PRD.
Cada 3 o 6 años, todos ellos prometen milagros; se dicen impolutos, honestos. Pero muchos de ellos terminan judicializados o prófugos de la justicia. Aun así, decidieron darse la reelección, como si hicieran las cosas bien.
En el rejuego del 2024, los políticos que vienen son, en su gran mayoría. Los mismos ambiciosos, demagogos, alimentados por partidos que siguen estando muy lejos de ese “pueblo bueno” al que tanto dicen querer, pero del que sólo abusan.
Sin embargo, es necesario ejercer el voto, y hacerlo de tal manera que ningún partido decida por sí solo. El pueblo puede retomar el poder, si reflexiona. La emergencia ciudadana de credencialización así lo revela.
EFERVESCENCIA POR VOTAR
Hasta antes del pasado 22 de enero, la ciudadanía parecía adormecida. Hasta que vimos, ante las oficinas del INE, principalmente en la ciudad de México, toda una efervescencia por obtener la credencial para votar.
Es gente a la que quizá no le importaban las elecciones, pero ahora hay un interés inusitado, que puede tener varias lecturas, como la compra del voto, pero también la convicción de no dejar en el limbo una decisión.
El Padrón Electoral rebasa ya los 100 millones de posibles sufragantes. Hay una bolsa de al menos 60 millones de sufragios que decidirán. Se espera una votación superior a la del 2018.
Sesenta millones, es la cantidad suficiente para lograr el equilibrio de poderes que el régimen pretende romper. Son 100 millones de personas que elegirán a cerca de 20 mil aspirantes a puestos de elección popular.
Sería triste ver que una masa de 100 millones sigue, como ovejas, el dictado de unos cuantos.