Tras bambalinas
Romanticismo hipócrita
Por JORGE OCTAVIO OCHOA. Andrés Manuel empezó de la peor manera el año, el último de su mandato.
En un abierto acto de censura, se lanzó impúdicamente contra el comentarista Ciro Gómez Leyva. Dijo que ni los dueños de la estación lo pueden controlar.
Atacó igualmente al EZLN, símbolo máximo de la izquierda libertaria en México durante los 90s.
A 30 años del alzamiento armado, revivió la animadversión mutua que se tienen, y metió a los indígenas, en la misma bolsa de los que, según él, promueven la violencia.
En medio de estos dos hechos, el 2024 arrancó con dos masacres en Guerrero y una especie de revuelta armada de delincuentes por Tabasco.
El Presidente de México los catalogó nuevamente, como actos de propaganda. Lo que ahora uno se pregunta es, si el mensaje del crimen ya va directo contra él.
Lo más preocupante de todo este ambiente, de por sí revuelto, es el proceso de militarización que vive el país.
No es una especulación ni una falacia. La militarización está en marcha. López Obrador ha entregado importantes nichos de negocio a las Fuerzas Armadas.
Ferrocarriles, aeropuertos, aduanas, carreteras, transporte de mercancías, transporte de medicinas.
Son espacios por donde la sociedad y la Iniciativa Privada tendrán que cruzar forzosamente. Los excesos de por sí siempre están a flor de piel.
Si eso no es MILITARIZACIÓN, pónganle ustedes otro nombre. El hecho es que, quien sea la presidenta, difícilmente podrá dar marcha atrás a estas decisiones.
Esto empieza a ocurrir en vísperas de las elecciones más complejas en la historia de México. La presencia de los militares se empieza a hacer patente por doquier.
Hay un caldo de cultivo para que las del 2024 se conviertan en las elecciones presidenciales más sucias de la historia, sólo comparables a las de 1988, cuando Carlos Salinas de Gortari le robó la elección a Cuauhtémoc Cárdenas y tuvo que evitar la apertura de urnas ¡precisamente con el Ejército en San Lázaro”.
La respuesta del oficialismo quizá será ahora: “¡Pues no era eso lo que querían!”, porque ante las masacres nunca actuó a tiempo. Sólo hizo falsas investigaciones.
México es el único país, sin guerra, donde ocurren bombardeos con drones y es masacrada la gente por tierra.
Así ocurrió con Hipólito Mora, en La Ruana, Michoacán, y en Buenavista de los Hurtado, en el municipio Heliodoro Castillo, en Guerrero. Es terrorismo, sin eufemismos.
El Plan C, es instalar ahora retenes militares por todos lados, con una suspensión de garantías individuales encubiertas. Pedirán identificación por cualquier razón.
Los soldados y marinos patrullarán las calles y pueblos. Ya no sabremos si para disuadir al crimen organizado o para desalentar a los ciudadanos.
Las protestas al pie de urnas cuando se den irregularidades, se convertirán en un acto peligroso, porque pueden ser reprimidas y hasta acallada a culatazos.
De hecho, actualmente los institutos electorales, tanto el federal como los estatales, están diezmados, junto con el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación.
Simplemente, hoy no garantizan limpieza, equidad, transparencia, eficacia. Tenemos magistrados plegados a un solo personaje: López Obrador.
Estamos en la primera semana del año y ya van 3 candidatos asesinados y un regidor.
El equilibrio electoral se rompió desde hace más de un año, cuando el propio López Obrador destapó a sus CORCHOLATAS.
Impunemente, jugueteó con nombres, puso a Claudia Sheinbaum en la órbita popular, acompañándolo en decenas de giras y eventos.
Paralelamente, destrozaba la imagen de otros posibles adversarios y puso en picota a la Suprema Corte mintiendo cínicamente con el tema de los fideicomisos.
Alevoso, abusivo, cobarde, arremetió contra mujeres. No fueron sólo Xóchitl Gálvez y Norma Piña. Descalificó a madres buscadoras. Hizo de la doble moral una bandera de Morena.
Exigen eliminación de fideicomisos y freno a los privilegios de jueces y magistrados. Sin embargo, ellos sí pueden evadir al fisco y dejar de pagar multas por años.
Morena retuvo 156 millones de pesos de ISR a sus empleados ¡durante 8 años! Nunca los enteró, no los entregó al SAT.
Sus diputados, junto con los de los demás partidos no han hecho públicos sus gastos en boletos de avión, hospedajes, pago de becas para sus asesores, renta de oficinas y edificios para sus representaciones distritales.
Han gastado mil 800 millones de pesos de nuestros impuestos, para pasear como magnates, según reveló El Universal. Durante dos años hicieron esto.
La oposición fue cómplice y comparsa, por ello la gente también los desprecia. Pero les vale una pura y dos con sal.
Los mexicanos parecen no entender pese a que, a partir de este 2024, el SAT se quedará con el 45% de los ingresos de los asalariados, vía impuestos.
De cada mil pesos que obtengan de ingreso, 450 pesos irán al fisco, o al Servicio de Administración Tributaria.
Sin rubor alguno, cobran impuestos a la europea, aunque los sueldos sigan siendo de tercer mundo. Sólo en los debates parlamentarios, regresan los revolucionarios e izquierdistas de buró.
ISR, IVA, impuestos especiales en gasolinas, refrescos, cigarros y bebidas azucaradas y alcohólicas.
El porcentaje puede aumentar según el ingreso y actividades económicas de cada persona, como en Europa. Sólo que aquí, no hay servicios médicos como allá.
Ello sin contar los pagos de impuesto predial, agua, tenencia vehicular, luz, placas de automóvil.
Las multas diversas y las infracciones se elevarán considerablemente. Es por ello que muchos adultos mayores, que no necesitarían de la pensión creada por AMLO, la buscarán, aunque tengan otros ingresos.
FANATISMO PURO
El pueblo de México siempre se distinguirá por su cultura, por sus creencias y por su fe ciega; esperanzados siempre en los milagros y la llegada de un salvador.
Así se dio el sincretismo de la conquista y nació una nueva teología hispana que se extendió por toda América Latina.
Así se dio, hace 30 años, con el alzamiento armado del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN).
Imbuido en un romanticismo icónico, inspirado en la imagen del Subcomandante Marcos, se endulzó el sueño de mujeres, incluso hombres.
Fueron los sedicentes miembros del eterno izquierdismo trasnochado. Fue aquella, la asonada contra el neoliberalismo. Hoy, el tratado más neoliberal del mundo sigue vigente: el TLC, contra el que luchó el EZLN.
El pueblo olvidó eso, y se enamoró de un nuevo líder seductor, Andrés Manuel, que hoy quieren convertir en un “Capitán América” septuagenario.
Es triste el devenir de México si seguimos con ese tipo de fanatismos. Nos siguen cambiando espejitos por oro.