Tras bambalinas
Terrorismo de Estado
El narco terrorismo y el terrorismo de Estado han hecho su aparición en México, en medio de un escándalo internacional.
No habíamos superado una semana plagada de hechos violentos, como el estallido de un auto bomba, cuando hoy nos topamos con una política de Estado aterradora.
En un virulento ataque a una opositora, en un solo acto, el presidente de la República violó el derecho fiscal y las leyes electorales.
López Obrador dio a conocer, desde Palacio Nacional, los datos fiscales de una empresaria, cuya facturación con el sector público es de sólo el 5%.
Es decir, el 95% son contratos privados, pero el mandatario acusó que hay corrupción de Xóchitl Gálvez por haber cobrado más de mil millones de pesos en 9 años.
Reveló que dos empresas de ella, facturan 163 millones de pesos anuales. Lo que no dijo es que pagan sus impuestos y dan empleo a más de 200 trabajadores.
No están bajo investigación, ni incluidas en la lista negra del SAT para no otorgarle contratos, como sí ocurre con las adjudicaciones directas de AMLO y la 4T.
Utilizó datos aportados por el Sistema de Administración Tributaria (SAT) y la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF).
Lo hizo de manera ilegal, dolosa e innecesaria, pues hasta el momento no ha dicho si se busca algún acto ilícito. Sólo fue para manchar la imagen. Para “tiznar”.
Él no ha dado a conocer un solo dato de la ingeniería financiera del narco en el lavado de dinero.
Es decir, lo que no hace contra el crimen organizado, sí lo aplica contra particulares y empresas privadas que no comulguen con su “proyecto” de nación.
LAS DOS DERROTAS
Las dos grandes derrotas del actual gobierno, son el “culiacanazo” y la rebelión de Chilpancingo. Ambos casos revelan que hay acuerdos con criminales, bajo la teoría de “abrazos, no balazos”.
Hay indicios de lavado de dinero, que se investiga ya desde los Estados Unidos. El hecho es que un Estado que tranza con el crimen organizado, es un Estado fallido.
Ante tal panorama, hay varios escenarios bajo los cuales se tendrá que analizar la contienda electoral del 2024.
1.- El presidente de la República está perdiendo el control político y emocional en la conducción del país.
2.- Amplias zonas ya son dominadas por cárteles del narcotráfico y del crimen organizado.
3.- Hay vacíos de poder a nivel municipal que están ocupados por el crimen organizado.
4.- La 4T, a nivel estatal, está pretendiendo “negociar” con el crimen organizado.
5.- Se está pretendiendo apuntalar programas sociales con dinero sucio.
6.- De fallarle sus previsiones, el régimen propiciará y utilizará el clima de inestabilidad para declarar la imposibilidad de realizar elecciones en el 2024
7.- O, en su defecto, declararlas nulas.
Como decíamos al principio, lo ocurrido en Chilpancingo es el detonador de la alarma nacional, seguido por un acto terrorista en Jalisco, que pone en relieve una disputa del territorio.
No había pasado ni una semana de la criminal ejecución de Hipólito Mora, en La Ruana, cuando se desataron estos nuevos hechos de brutalidad.
Pero, contra todo lo que pudiera esperarse, el lenguaje polarizador del presidente de la República se ha desatado. No hay llamados a la unidad.
El propio López Obrador admitió ya que grupos delictivos usan a la sociedad civil para cometer sus delitos.
¿No que al día siguiente de asumir el poder, los criminales cambiarían las armas por tractores?
El terror se apoderó del Municipio de Tlajomulco, Jalisco, tras un ataque con explosivos del Cártel Jalisco Nueva Generación contra policías.
El gobernador del estado, Enrique Alfaro, admitió que se trata de un hecho sin precedentes en el que hubo 3 muertos y 10 heridos.
El estallido del coche-bomba es atribuido al Cártel Jalisco Nueva Generación, (CJNG). Los policías atendían un reporte de hallazgo de restos humanos.
Tlajomulco está localizado al centro de Jalisco. Es decir, es un municipio bien comunicado y cerca de la capital del estado.
Aun así, es una región avasallada por la violencia del CJNG. El mes pasado, el colectivo “Madres Buscadoras”, encontró al menos 32 cuerpos en un predio de la localidad.
Pese a ello, no hay un apoyo palpable de la federación. El presidente culpa de todo a “los conservadores”. Se dice el presidente más atacado desde Madero.
Se quiere hacer víctima, pero es un Presidente que no respeta leyes ni instituciones. Es el régimen con mayor número de periodistas asesinados: 63 desde que empezó su gobierno; 5 en 7 meses.
Él no parece ver la gravedad del asunto y pese a las ejecuciones, levantones y asesinatos, sigue atacando a los periodistas en general y compra voluntades de otros.
En la semana que termina, ha sido evidente la reactivación de granjas de bots e influencers, principalmente en twitter, que durante todo el día acusan a Xóchitl Gálvez de algo, pero ni ellos mismos saben de qué.
Ahora ha puesto en el ojo del huracán a tres de sus funcionarios: al secretario de Hacienda, Rogelio Ramírez de la O; al titular de la UIF, Pablo Gómez Álvarez y al director del Servicio de Administración Tributaria, Antonio Martínez Dagnino.
Este último, un muchacho de 29 años, que está ante el riesgo de ser involucrado en un delito fiscal grave por revelación de datos personales.
Ellos tienen que explicar tres cosas fundamentalmente: ¿Cómo es posible la filtración de datos tan sensibles? ¿Qué irregularidades revisan en las cuentas de Xóchitl Gálvez? ¿Qué empresas con las que ha obtenido contratos están involucradas?
Ellos también deben responder ¿Cómo es posible que alguien, que dice tener regalías de 500 mil pesos anuales, producto de la venta de sus libros, no tiene declaración fiscal alguna al respecto? ¿Las casas editoriales que le publican cuánto han reportado?
Pero, por encima de ese silencio que se avecina, a los ciudadanos nos quedará la certeza de que, en cualquier momento y por cualquier razón, nos podría caer el SAT, por el simple hecho de dar opiniones en contra de López Obrador.
Eso se llama TERRORISMO DE ESTADO y sólo lo ejercen los gobiernos totalitarios y represores.
El apoyo popular que decía tener López Obrador se está yendo al caño. ¿De qué sirven los apoyos sociales si, según él, la gente se deja manipular por criminales?
Los acusa de venderse por despensas y les pide que actúen con prudencia, con cuidado, que no se confronten con los dirigentes de estos grupos.
Lo curioso es que las movilizaciones de más de 5 mil pobladores de localidades adyacentes, fueron para exigir la liberación de dos dirigentes del grupo criminal “Los Ardillos”, involucrados en la desaparición de Ayotzinapa.
Si la gente se sigue vendiendo por “despensas”, como dice él, quiere decir que su política social sirve para dos cosas.