Tras bambalinas
Elecciones narcas en 2024
Por JORGE OCTAVIO OCHOA. El 29 de junio del 2023, pasará a la historia como el día más funesto del sexenio.
Ese día fue brutalmente acribillado y calcinado vivo dentro de su camioneta el líder de las autodefensas en Michoacán, Hipólito Mora.
Ese jueves, fue encontrado el cuerpo desollado del líder municipal del PVEM en Copala, Guerrero, Jesús González Ríos.
También estalló un coche bomba en la carretera Celaya-Salvatierra, Guanajuato, dejando más de 10 elementos de la Guardia Nacional lesionados.
Dos días antes, el martes, habían sido secuestrados 16 policías en Chiapas, mientras AMLO decía que los acusaría con sus papás y abuelos.
El mes cerró con 2 mil 303 homicidios dolosos, de un total de más de 158 mil asesinatos y ejecuciones en lo que va del sexenio de López Obrador.
Es una tormenta de sangre y fuego, con más de 28 mil desplazados en México por la violencia, despojados de sus casas, ranchos, negocios, animales.
El Estado mexicano se ha visto rebasado y con una perspectiva de mayor violencia de cara a las elecciones presidenciales del 2024.
No hay garantías para nadie. La impunidad es el sello distintivo de este sexenio perdido. Hubo retroceso y fracasos en todo.
El volumen de personas sin seguridad social pasó de 19 a 35 millones. Paradójicamente, el gasto en este rubro disminuyó de 271 a 253 millones de pesos.
La pandemia disparó el gasto de medicinas en las familias mexicanas, que tuvieron que destinar el 40% de sus ingresos en ese rubro.
A la luz de las cifras, no hubo transformación alguna. Hay más saldos negativos que marcan una involución económica, política y social.
Lo peor para los mexicanos es que, los temores sobre la socialización del sistema, cada vez toma más cuerpo, en medio de la militarización.
Las expropiaciones son el pan de cada día, junto con la aprobación de leyes que vulneran la propiedad privada, como la Ley de Vivienda sin Plusvalía.
Resulta que, mientras AMLO distraía a los medios con las caravanas de corcholatas y candidatos, se aprobó una enmienda que resta valor al bien más preciado: la casa.
Lo que se considera como el principal patrimonio de una familia ya no tendrá plusvalía. El valor agregado ahora será propiedad de los Estados y la federación.
Si usted compra una casa que costó 3 millones y la plusvalía aumenta para darle un valor de 5, los 2 millones restantes serán del Estado.
Esta ley pasó sin que los partidos, ni mucho menos los gobiernos estatales hicieran mueca alguna. Su hogar dejó de ser el principal bien de la familia.
Así de infame la 4T. Los medios perdieron la brújula, siguen engolosinados con “las corcholatas” de uno y otro bando, pero no han cuestionado la veracidad de esta nota.
Las inútiles encuestas y las crónicas diarias de dónde andan “las corcholatas”, marcan la agenda de un país en llamas.
Hoy, la acusación de Hipólito Mora parece más verídica que nunca: los asesinos son aliados electorales de Morena.
La Guardia Nacional, apostada en las canchas de la Ruana, se ausentó “casualmente”, durante la ejecución y quema del dirigente.
Una hora de refriega contra su camioneta blindada y nadie llegó. Sospechoso, por decir lo menos.
Días antes de ser ejecutado lo dijo: la presencia del Ejército, la Guardia Nacional, policías estatal y municipal en La Ruana no sirve de nada.
Reveló que en la zona había retenes, pero de los sicarios, que cobran derecho de piso a los productores de limón, a los negocios locales, a los tortilleros.
Declaró que los gobiernos, federal y locales permiten esta situación “porque los ocupan para la elección que viene”
Por eso es que, del Presidente de la República para abajo, a los mandatarios no les preocupa y, de hecho, el ambiente de terror les viene “como anillo al dedo”.
Ante un menor nivel de votos, se multiplican las posibilidades no sólo de que Morena mantenga el trono en Palacio Nacional, sino de que se alce con mayorías absolutas.
Lo hemos dicho hasta el cansancio: eso es lo único que preocupa a un López Obrador cada día más deshumanizado y lejano del pueblo, mayoría en el Congreso.
Lo irónico, es que las protestas de médicos sobre avenida Congreso de la Unión, no merecieron comentario alguno en la llamada “Mañanera”
“…los hospitales de Salud son una desgracia. No hay insumos, no hay rayos X, no hay resonador magnético, no tenemos lo necesario para trabajar…”
“Y los médicos estamos con sueldos y salarios nulos. La población es la que sufre. La gente que llega al hospital de Balbuena es la gente más pobre de esta ciudad y lamentablemente no tenemos con qué atenderlos”.
“No vamos a permitir que entre un gobierno nuevamente, que avasalle, que vaya en contra de todos los pacientes y de todos los hospitales”.
Más de mil balas se dispararon contra Hipólito Mora. El “Padre Goyo”, Gregorio López Gerónimo, responsabilizó directamente al gobernador Alfredo Ramírez Bedolla.
Sin embargo, declaró que todos los anteriores gobernadores también se han amafiado con el narco y el crimen organizado.
Dijo que en Apatzingán, hace unos días se usaron drones con explosivos, que se usaron en la región. Michoacán es un estado fallido.
Reiteramos: López Obrador ha apostado ya por la inestabilidad. Es el ambiente propicio para cometer fraudes en toro el territorio y para usar, ahora sí a los militares.
Empezaremos a ver el verdadero despliegue de los ejércitos, la represión a grupos sociales que protesten, la desaparición de más dirigentes.
Hay preocupación en López Obrador. Sabe que hoy, en este momento, no tiene ganada la mayoría absoluta y, conforme pasan los días, se aleja más la posibilidad.
Bienvenido a la pesadilla, Presidente. Quien quita y ni la primera magistratura la ganan. Se vale soñar pero, eso sí. No volveremos a votar por usted.