Tras bambalinas
![](https://www.quadratin.com.mx/www/wp-content/uploads/2023/04/reaparece-amlo--1160x700.jpg)
El final
Por JORGE OCTAVIO OCHOA. López Obrador regresó, luego de una presunta tercera recaída de Covid19, en medio de rumores que culminaron en una lamentable “noche negra”, que marcaría el derrotero del fin de su sexenio.
A las 3 de la madrugada del sábado 29 de abril, en tan sólo 2 horas, sin la presencia de la oposición, los senadores de Morena, PT, PVEM y Partido Encuentro Social – que pronto va a desaparecer- aprobaron 18 dictámenes.
No fue todo. Lo hicieron con un descarado dictado de “línea”, del presidente de la República quien, sin pudor alguno, les ordenó dejar sin nombramiento del único comisionado que se necesitaba para que el INAI pudiera sesionar.
De hecho, para la aprobación “fast track”, Morena tuvo que echar mano del voto de una suplente porque la senadora titular, Claudia Balderas, está asignada a una comisión legislativa en Bélgica, con gastos del erario.
Así, con la ausencia de los partidos de oposición, aprobaron la solicitud de licencia de ella para que Tanya Carola Viveros Cházaro, rindiera protesta y pudiera sufragar y dar así quórum a la mayoría oficial
La transparencia no le va a este régimen y, en medio de la opacidad, decidieron terminar con su propia criatura, el INSABI, y abrir las puertas a los militares para que tengan voz y voto en la definición de la ciencia y la tecnología universitaria.
El proceso de militarización continúa, en medio de las risotadas del Presidente, que regresó de la enfermedad como un auténtico amo de las tormentas, para fulminar a opositores y mantener bajo amenaza de violencia a la Suprema Corte.
Sujetos plenamente identificados con Morena, como es el caso de Armando Monter, bloquearon el acceso a la Corte, aledaña a Palacio Nacional y patearon el automóvil de uno de los magistrados el pasado jueves 27 de abril.
Un día antes, el gobernador de Veracruz, Cuitláhuac García, había pasado “casualmente” por ahí, para expresar su apoyo a los manifestantes que piden, ni más ni menos, la renuncia de la presidenta Norma Piña.
No hay queja alguna contra Yazmín Esquivel, cuya tesis de licenciatura mantiene a la UNAM bajo sospecha de que en la Máxima Casa de Estudios se trafican documentos y escritos plagiados.
No. El plantón de sujetos es porque la magistrada Piña representa un obstáculo para que el presidente de la República desaparezca instituciones y utilice recursos públicos sin revisión alguna. Doblar la división de Poderes es el objetivo.
Ni el “váguido” sufrido por el mandatario será motivo de informe clínico oficial por ser un asunto de Estado. Los mexicanos están obligados a creerle so pena de ser satanizados.
Tiempo de zopilotes, lo calificaron él y sus subalternos Adán Augusto, Claudia Sheinbaum, Jorge Alcocer, por haber deslizado la versión de que había sufrido un infarto cerebral, un paro cardiaco.
Luego regresó el viernes 28, recargado, remasterizado, como dicen los jóvenes, luego de más de 15 horas de desinformación y versiones contradictorias que fueron desmentidas por el propio López Obrador.
“No hubo ningún traslado de emergencia, no hubo ningún desvanecimiento, como algunos han pretendido hacer creer", dijo primero el anodino secretario de Gobernación. Pero AMLO reveló: “sufrí un váguido”, que en sí, significa un desmayo.
Fe ciega es lo que pide el Presidente López Obrador, aunque ya sólo le queda año y medio de mandato. Quiere dejar instalado su proyecto de militarización y de pulverización de la Corte.
No tuvimos que esperar mucho para constatar lo que escribimos aquí la semana pasada: vienen momentos muy amargos para México. El propio presidente de la República encabeza una asonada para la desobediencia civil.
Están puestas las bases para la militarización no sólo de las aduanas, puertos, espacio aéreo, manejo de Tren Maya y proyectos turísticos de la zona. También para sentarse en la misma mesa con el consejo de las universidades públicas.
Con la reforma al CONACyT, las Fuerzas Armadas ocuparán un lugar con voz y voto del Consejo de ese organismo y podrán influir en la política de investigación y ciencia a nivel superior en el país.
Con vituperios a las clases medias y comentaristas políticos que, según Adán Augusto, tienen “el alma podrida”, el presidente sepultó las críticas al secretario de la Defensa, Luis Cresencio Sandoval por sus costosos viajes familiares a Italia.
Para él, son escandalosos los sueldos de ministros de la Corte, Consejeros del INE, Comisionados del INAI, pero no le parece escandaloso el dispendio de diputados y senadores, ni el nepotismo de muchos del primer círculo en órganos clave.
López Obrador es proclive a “las familias”, por eso hoy se inclina hacia la familia Taddei, que presidirá el INE y Litio MX. Junto con ellos, la familia Chávez Morán, y los Riobóo junto con Yazmin, para cerrar la pinza.
Termina el mes, lejos empieza a quedar la muerte de 40 migrantes y la impunidad que prevalece en torno a Francisco Garduño; 500 asesinatos ocurridos en tan sólo un fin de semana santa. Pero sí, tenemos el alma podrida, por no creer en él.