Tras bambalinas
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AMLO llama a la desobediencia civil
Por Jorge Octavio Ochoa. El pasado 21 de abril, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, lanzó formalmente la asonada que marca el intento de un nuevo “Maximato” en caso de concretarse todo lo que plantea.
Ese día, rompió el diálogo con la Suprema Corte, a raíz del fallo de 8 de 11 ministros, que ordenaron el regreso de la Guardia Nacional al fuero civil de la Secretaría de Seguridad federal.
En desacato, el mandatario tergiversó intencionalmente la información y dijo que el ordenamiento judicial entrará en vigor dentro de 9 meses, a sabiendas que ese es el plazo para que paulatinamente regresen la administración a Seguridad Pública.
No es un acto fallido. Es un plan con secuelas: El 24 de abril iniciará un plantón de seguidores frente a la Suprema Corte que concluye el 28. Esto constituye un tácito llamado del mandatario a la desobediencia civil.
Es el toque de clarín, con el que ordena a su militancia, a no sujetarse a los fallos de los tribunales electorales, ni de la Suprema Corte y por eso acusó directamente a la ministra Norma Piña, de cohecho en la persona de Rosa Icela Rodríguez.
Ese es el tamaño de los actos del Jefe del Ejecutivo Federal. Los ministros están virtualmente amenazados. En el otro extremo de la pinza, está la ratificación de Mario Delgado en la dirigencia nacional de Morena.
Paralelo a ello, este fin de semana, gobernadores sedicentes de la región del mar de Cortés, constituido por estados dominados por el narco, emitieron un manifiesto, en el que también rechazan el fallo de la Suprema Corte:
Sinaloa, Sonora, Nayarit, lugares de asiento y dominio de “Los Chapitos”, así como las dos Baja Californias advierten que rechazan la decisión de los 8 ministros y se suman al llamado del presidente López Obrador a romper contacto con la SCJN.
En el marco de ese llamado a la desobediencia civil, los mandatarios estatales declaran:
“… apoyamos sin regateos al presidente de la República (…) en su decisión de suspender la comunicación con un organismo jurisdiccional que ha demostrado su sumisión a intereses y políticas del pasado al tomar una decisión equivocada…”
Aseguran que dicha decisión “afecta a los suscritos, responsables de la seguridad pública, la lucha contra la criminalidad y la protección a la sociedad y el interés público en la región noroeste de nuestro país”.
Esto, sin más requiebros, se llama desacato, e implica una tácita ruptura de Poderes. Si los gobernadores se niegan a cumplir una orden judicial, los demás civiles tampoco estamos obligados a hacerlo. Ese es el tamaño del asunto.
Pero, para los que no quieran entender, la ratificación de Mario Delgado en Morena, es la columna vertebral del “Maximato” que viene. AMLO advierte a su sucesor: ni hagas planes de gobierno porque ya para eso está el proyecto de la 4T.
De hecho, ya lo declaró: “Dejaré a mi sucesor una lista de reformas pendientes”. Este es el mensaje a “las corcholatas” que, sea quien sea el elegido, tendrá que obedecer o sujetarse a las sanciones del partido.
Por si quedara duda y para garantizar el cumplimiento de sus órdenes, anticipó que, entre enero y septiembre del año próximo, lanzará una iniciativa para finiquitar, de una vez por todas, la militarización de la Guardia Nacional y con ello, del país.
Lo que ocurre en México no es anecdótico. AMLO ha abierto de par en par las puertas a los militares para que participen en política. Desde septiembre del año pasado, el general Cresencio Sandoval inició la irrupción.
El titular de la Defensa calificó de “tendenciosos” los comentarios de senadores que se pronunciaron en contra del paso de la Guardia Nacional al fuero Militar y dijo que estos son generados “por intereses y ambiciones personales”.
“Quienes integramos las instituciones tenemos el compromiso de velar por la unión nacional y debemos discernir de aquellos que, con comentarios tendenciosos, generados por sus intereses personales, antes que los intereses nacionales, pretenden apartar a las Fuerzas Armadas de la confianza y respeto que deposita la ciudadanía…”
Eso fue parte del discurso del general, el 13 de septiembre del 2022 . Por eso ahora no son casuales los discursos nacionalistas y de falsa defensa de la soberanía que han empezado a menudear.
En abierto desacato, AMLO siembra la idea de que el regreso de la Guardia Nacional al fuero civil no es definitivo. Por tanto, cualquier intervención de militares bajo ese mando, en este lapso, será legal.
Se abren vacíos de represión que, de no aclararse pronto, dejarán en vilo los derechos de millones de mexicanos. Sobre todo, los de aquellos que genuinamente acudirán a votar en el Estado de México y Coahuila este año.